A menudo consumimos suplementos alimenticios sin ser necesarios. Nos hinchamos de vitaminas que ya obtenemos en la dieta, suplementos de colágeno que dejarán de ser colágeno en cuanto entren en nuestro organismo y todo tipo de nutrientes que no nos hacen falta. Pero hay circunstancias en las que sí viene bien un chute de algunos compuestos concretos. Por ejemplo, según un estudio realizado este año, los suplementos de omega 3 pueden ayudar a reducir la agresividad, por lo que serían recomendables en lugares específicos, como las prisiones.
En realidad, el de estos científicos no ha sido un hallazgo nuevo. Hace tiempo que se sospecha que los suplementos de omega 3 pueden ser beneficiosos en ese aspecto. Sin embargo, hasta ahora no se habían dado cifras concretas.
Para poder obtenerlas, han realizado un análisis de la literatura científica, poniendo todos los datos en común. Esto les ha permitido comprobar que, efectivamente, los suplementos de omega 3 pueden ayudar a calmar a las personas y reducir la agresividad en un 30%. Eso sí, se trata de un dato a corto plazo. No se sabe qué ocurrirá cuando pase un tiempo desde que se dejan de consumir las pastillas.
Suplementos de omega 3 para apatrullar la ciudad
En 2001, un científico del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, J.R. Hibbeln, estaba realizando un estudio con datos sobre delincuencia en 26 países cuando descubrió algo interesante. Y es que aquellos en los que se consumía más pescado tenían tasas menores de homicidios. Es más, se podía establecer una intensa correlación inversa entre ambos fenómenos, con un gráfico muy explicativo. En un extremo del mismo estaba Bulgaria, con las mayores tasas de homicidios y el menor consumo de pescado, y en el otro Japón, con las cifras más altas de consumo de pescado y las tasas más bajas de homicidios.
Lógicamente, intervienen otros factores. De hecho, hay países, como España, que se salen de la curva. Tienen un consumo medio de pescado, pero tasas bajas de homicidio en comparación con otros países. Aun así, la correlación sigue siendo clara.
Esto llevó a Hibbeln a pensar que algún compuesto del pescado pudiese actuar sobre la agresividad de los seres humanos. Tras este hallazgo, otros muchos científicos de todo el mundo emprendieron sus propias investigaciones sobre este tema. Todas llegaron a las mismas conclusiones: la causa de esa reducción de la agresividad parecía estar en el omega 3. De hecho es algo que ya se sospechaba por otras investigaciones.
El omega 3 es un grupo de ácidos grasos que son necesarios para muchas de nuestras funciones fisiológicas, pero no pueden ser fabricados por nuestro organismo. Por eso, deben consumirse a través de la dieta. Se encuentran mayoritariamente en el pescado, aunque también están presentes en alimentos de origen vegetal, como las semillas de chía o las nueces.
Algunas personas, por su dieta, no tienen más remedio que consumir suplementos de omega 3 para conseguir las dosis adecuadas. Esto es esencial, sobre todo para el mantenimiento de una buena salud cardiovascular. Pero también para reducir la agresividad. Por eso hay sectores de la población que pueden verse especialmente beneficiados.
Un esencial de los presidiarios
En 2002, un año después del estudio de Hibbeln, otro equipo de científicos, esta vez de la Universidad de Oxford, se centró en un grupo poblacional en el que la agresividad suele ser habitual: los presidiarios. Quisieron analizar varios nutrientes que se encuentran tanto en el pescado como en otros componentes de una vida sana. Entre ellos estaba el omega 3, pero también otros ácidos grasos, así como varios tipos de vitaminas y minerales. Se vio que, de todo lo probado, fueron los suplementos de omega 3 los que mejores resultados dieron en la reducción de la agresividad.
Ahora, ha sido un grupo de científicos de la Universidad de Pennsylvania el que ha querido ir más allá y calcular las cifras. Se centraron en 29 ensayos en los que se midieron los niveles de agresión en personas que habían recibido suplementos de omega 3 o un placebo. Claramente, estos ácidos grasos del pescado ayudaron a calmar muchísimo las aguas.
Por eso, según explican en New Atlas, recomiendan estos suplementos a los presidiarios, pero también a los niños de los patios del recreo. Y es que la agresividad no hace referencia solo a los instintos asesinos. A veces los niños pueden tener un juego muy agresivo, dañino para ellos y para sus compañeros, así que los suplementos de omega 3 podrían ayudarles a tener un ocio más calmado.
¿Por qué reducen la agresividad los suplementos de omega 3?
Las causas de estos efectos no están claras. No obstante, se sabe muy bien que el omega 3 actúa sobre nuestro sistema nervioso, especialmente en lo relacionado con el envío de señales entre neuronas. Dado que la agresividad tiene un fuerte componente neuroquímico, no sería raro que ayude a reforzar alguna vía que esté deteriorada en las personas agresivas.
Todo esto debe seguir estudiándose, pero, de momento, parece que este suplemento sí que da un empujón extra a muchas personas, incluso a niveles que no habríamos imaginado.