Para muchas personas, septiembre es el principio de un nuevo año. Ese momento en el que aprovechan para comenzar nuevos hábitos y cuidarse más. En algunas ocasiones, creemos que cuidarnos más supone tomar más suplementos alimenticios. Esta es una idea errónea que por desgracia ha calado mucho en la sociedad, sobre todo a través de la intervención de los influencers. Y son precisamente los influencers quienes han contribuido a que esta moda innecesaria de un paso más e introduzca los suplementos en gominola.
Hay de todo: multivitamínicos, gominolas para dormir, para el pelo, para mejorar el bronceado… ¡Incluso para aumentar la libido! En algunas ocasiones se debe tomar una gominola al día. En otras, en cambio, se recomienda ingerir varias. No son una novedad, ni muchísimo menos. Por ejemplo, hace años que varias marcas venden melatonina para dormir en formato gominola. Sin embargo, recientemente han surgido otras muchas compañías que se están aprovechando de las redes sociales para aumentar muchísimo más su oferta.
Podríamos pensar que la decisión de tomar suplementos en gominola o en píldoras es algo simplemente personal. Que el resultado va a ser exactamente el mismo, así que solo se trata de una cuestión de gustos. Al fin y al cabo, la mayoría de marcas que comercializan estas gominolas insisten en que no tiene azúcar, ni colorantes artificiales ni ninguna de esas palabras que asociamos con “malos químicos”. Ahora bien, ¿significa eso que realmente no tienen ingredientes perjudiciales o innecesarios en comparación con las píldoras? Veamos cuál es la respuesta.
Los ingredientes de los suplementos en gominola
Lógicamente, los suplementos en gominola variarán su contenido dependiendo de su función. Sin embargo, suele haber algunos ingredientes en común. Por ejemplo, aunque anuncien a los cuatro vientos que no tienen azúcar, siempre llevarán algo que endulce. Es el caso de ciertos edulcorantes, como el maltitol o los glucósidos de esteviol. A menudo, este tipo de sustancias se han relacionado con molestias gastrointestinales, por lo que se recomienda no abusar de ellas.
Por otro lado, en algunas ocasiones se endulza con zumos o purés de frutas. Es bien sabido que no podemos comparar el azúcar de la fruta con el azúcar de mesa. El primero es más sano. Pero esto se debe a que está rodeado de una matriz de fibra que nos ayuda a absorber la glucosa más despacio. Si se exprime o se tritura esa matriz, se rompe y el azúcar libre es comparable al azúcar que añadimos al café.
Los suplementos en gominola también suelen incluir aceites, como el de coco o el de colza. Estos le dan su brillo característico, pero no aportan ningún beneficio. No deja de ser un consumo innecesario de grasas que no nos aportan nada. Como tampoco nos aporta nada el almidón modificado que se emplea para darles su consistencia y textura.
No suele bastar con una
Cuando tomamos cápsulas o pastillas, estas suelen llevar el principio activo en cuestión y algún recubrimiento. Nada más. Por lo tanto, se puede aprovechar más el espacio y añadir una mayor cantidad de las vitaminas u otras sustancias que deseemos.
En cambio, los suplementos en gominolas llevan dosis más bajas de activos, porque en el mismo espacio deben añadirse todos los ingredientes mencionados con anterioridad, más los gelificantes que le dan el toque final.
Si debemos tomar más gominolas para tener la dosis adecuada de activos, también estamos tomando más azúcares, aceites e ingredientes que no nos traen nada bueno.
Otros inconvenientes de los suplementos en gominola
Los suplementos en gominola pueden ser una buena opción para los niños o para los ancianos. Personas a las que les cuesta tomar una pastilla diaria. Pero precisamente esas personas también son más propensas a no controlar lo que toman. Si las gomitas tienen un sabor agradable, se puede caer en una sobredosis. Es algo que se soluciona manteniendo el envase fuera de su alcance. ¿Pero hasta qué punto vale la pena correr el riesgo?
Posiblemente no necesites suplementos
En realidad, la inmensa mayoría de la población no necesita tomar suplementos de ningún tipo. Todos esos principios activos que llevan los suplementos de gominola y las pastillas suelen encontrarse de forma natural en los alimentos que ingerimos.
Otros son proteínas que, al consumirlas, se descomponen en los aminoácidos que las forman, de manera que pueden reorganizarse para dar lugar a otras proteínas totalmente distintas. Algunos son sustancias que prometen prevenir todo tipo de afecciones, pero no cuentan con ninguna evidencia científica.
Y lo peor es que cuando se trata de sustancias que ya están en nuestra dieta, pueden dar lugar a sobredosis. Por ejemplo, la vitamina D es liposoluble. Eso significa que no se disuelve en agua y no se puede eliminar con la orina. En cambio, sí que se mezcla con la grasa, de manera que puede almacenarse y acumularse en el cuerpo dando lugar a una hipervitaminosis.
También hay suplementos que se ha visto que pueden llegar a producir daño hepático. Por todo eso, lo mejor es no tomar suplementos si no nos los pauta un sanitario porque los necesitemos por algún motivo. A la larga lo agradeceremos nosotros, pero sobre todo nuestro bolsillo.