La visión desde el espacio puede darnos buena idea de la magnitud de las catástrofes naturales. En España, por ejemplo, lo vimos con la erupción del volcán de La Palma. Ahora, el geólogo y divulgador científico Nahúm Méndez Chazarra ha publicado en su cuenta de X (antes Twitter) algunas imágenes satelitales de la NASA en las que se puede ver el antes y el después de la DANA de Valencia.

Las intensas riadas han provocado la extensión de grandes cantidades de barro, tanto por tierra como por mar. Muchas zonas urbanas han sido invadidas por los sedimentos procedentes del desbordamiento del Turia, pero algunas también se han depositado en el mar. Todo eso puede verse en las imágenes satelitales en las que la provincia de Valencia aparece cubierta de una gran capa marrón en algunas de sus regiones.

Esto nos ayuda a entender la gravedad de la situación. Pero, curiosamente, estas imágenes también sirven para entender que la DANA de Valencia podría haber sido aún peor. Veamos los motivos.

La DANA de Valencia colorea de marrón el mapa

Las imágenes, tomadas con los satélites Landsat de la NASA, ubicados a 700 km de altura sobre la Tierra, muestran la zona de valencia dos semanas antes de la DANA y justo después de la misma.

https://twitter.com/geologoenapuros/status/1851662427835761100?ref_src=twsrc

Se observa cómo el desbordamiento del Turia cubrió grandes áreas de terreno de barro, coloreando la zona de marrón. La delimitación entre la tierra y el mar, muy clara antes de la DANA de Valencia, se vuelve más difusa a medida que el barro se extiende por el terreno.

Pero hay algo muy interesante que también se ve en estas imágenes: el nuevo cauce del Turia. Las intensas lluvias han llevado a que las aguas del río se abran camino, formando un nuevo cauce.

Es aquí donde se puede ver que la situación podría haber sido peor. Y para entenderlo debemos viajar hasta 1957.

La otra gran riada

El 14 de octubre de 1957, una gran gota fría descargó 630 mm de agua sobre Valencia. Todo ocurrió en solo 48 horas, en las que se sucedieron dos grandes riadas por el desbordamiento del Turia. Estas hundieron puentes que no lograron soportar el peso del agua, arrastraron barrios de chabolas, destruyeron casas, asolaron corrales de ganado, matando a todos sus animales, y también dejaron muchas víctimas humanas. Se calcula que hasta 300 personas pudieron morir a causa de aquella otra gran riada.

Para evitar que algo así volviese a ocurrir, se decidió desviar el cauce del río Turia. En vez de cruzar la ciudad de Valencia, se hizo que la bordeara. Durante la mayor parte del año, ese tramo permanece seco, pero con grandes lluvias se llena, con margen suficiente para evitar riadas. 

Riada de Valencia
En la riada de 1957 murieron 300 personas. Crédito: Wikimedia Commons

Esta última DANA en Valencia ha ido acompañada de riadas terroríficas. Pero, según muchos expertos, la situación podría haber sido peor si no se hubiese reconducido el río. Ese nuevo cauce que vemos en las imágenes satelitales, formado en el espacio que se le dejó para crecer sin desbordarse, lo demuestra.

Pero a la vista está que no fue suficiente. Y es que, al final, el agua siempre encuentra su camino. Por eso se deben tomar más medidas. No basta con confiar en un desvío del río realizado hace 70 años. También es necesario que los gobernantes y los empresarios tomen las medidas necesarias para mantener a la población a salvo. Igual que la riada de 1957 fue un ejemplo, esperemos que la pesadilla sembrada por este desastre enseñe a quienes se equivocaron a no volver a cometer los mismos errores. La vida de muchísimas personas depende de ello.