A la distancia de más de quince años y 34 películas, la proeza del Universo Cinematográfico de Marvel sorprende por sus alcances. No solo se trata de una franquicia que se ha convertido en una de las más rentables, exitosas y variadas del mundo del cine. También, en una forma de enfocar el mundo del entretenimiento por completo novedosa, destinada a marcar un hito en la manera de crear y explorar en sagas de especial complejidad. Mucho más, demostrar que la experiencia puede resultar exitosa y punto de partida para una perspectiva del séptimo arte, basada en una profunda implicación del público con una historia central.
Claro está, parecen conceptos muy profundos para adaptaciones de historias de superhéroes. Pero lo cierto es que Marvel, con Kevin Feige a la cabeza, ha convertido las tradicionales en punto de partida para proyectos que, además, son mucho más adultos de lo que parecen. En especial, porque utilizan personajes y escenarios tradicionales, para contar todo tipo de giros actualizados y vinculados con la sensibilidad actual. Más que una franquicia — que lo es —, el Universo Cinematográfico de Marvel es una forma de entender el tradicional blockbuster como algo más complicado.
Para demostrarlo, profundizamos en las cinco formas en que el mundo live-action de Marvel, cambió al cine para siempre. De la apuesta por historias que debieron volverse universales, hasta la forma de construir, en varios formatos, una mitología funcional y cada vez más ambiciosa. Todo para recorrer un fenómeno que será recordado en el futuro, como la reinvención total de un tipo de cine cuyo objetivo es un tipo de entretenimiento que aspira a ser más que solo un buen rato.
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Un universo cada vez más sólido
Desde que la escena poscréditos de Iron Man (2008) anunciara la iniciativa Vengadores, el Universo Cinematográfico de Marvel no ha hecho más que crecer. Y eso, gracias a la posibilidad de interconectar la serie de películas de la misma manera que lo hace las historias en papel. La idea, que nació de la insistencia del mismo Kevin Feige, permitió que Marvel analizara a sus cintas, como partes de un todo mayor.
Y aunque se trató de ensayo y error, la franquicia pudo encontrar la forma de narrar historias que involucraran a sus relatos editoriales más conocidos. A la distancia, puede parecer obra de la buena voluntad de los fanáticos, entusiasmo o inversión sobre seguro. Pero lo cierto es que la saga, tiene enormes logros con respecto a continuidad, detalles cronológicos y ambientación.
Lo que le ha permitido subsanar errores de otras experiencias parecidas y refinar su fórmula de éxito. Mucho más, aprender de sus equivocaciones — que las hay y mucho más graves de lo que puedan suponerse — hasta encontrar un equilibrio entre calidad y la continuidad de proyecto. Lo más seguro es que el método Marvel, será la referencia inmediata para proyectos parecidos en el futuro. Y también, un baremo de habilidad y buenas ideas a tener en cuenta.
Buenos personajes en manos de grandes actores
En la industria de Hollywood y en especial, en el apartado de selección de elencos, hay un antes y un después de Marvel. Todo, gracias a la forma en que la franquicia rompió el viejo axioma que actores de renombre — o en cualquier caso, con grandes aspiraciones — jamás aceptarían un papel en una película de superhéroes.
Desde el éxito de la elección de Robert Downey Jr. como el mítico Tony Stark, hasta el acierto al escoger a Iman Vellani como Kamala Khan. El Universo cinematográfico de Marvel ha demostrado que los grandes presupuestos y las historias destinadas a ser éxitos de taquilla, no están reñidos con el talento. Mucho más, que el universo, siempre en expansión, es el lugar ideal para nuevas experiencias para actores y actrices de todas las nacionalidades y experiencia.
¿La más reciente demostración de lo anterior? El regreso de Robert Downey Jr. para interpretar a Victor von Doom en la muy esperada Avengers: Doomsday. Una vuelta de tuerca que reinterpreta al multiverso, el heroísmo e incluso, el punto de vista de Marvel sobre sus historias.
Lograr que sus historias sean simbólicas
A pesar de que Marvel tiene fanáticos de todas las edades y nacionalidades, varios de sus héroes más famosos, son, esencialmente, emblemas norteamericanos. Lo que hizo que la franquicia, tuviera que comenzar a plantearse la idea de hacer más universales a sus personajes. ¿La lección más complicada que tuvo que aprender? Que sus héroes debían tener propósitos y motivaciones válidas para cualquier lugar del mundo.
Un elemento especialmente evidente en la sub franquicia dedicada al Capitán América. En 2011, el director Joe Johnston debió modular el carácter patriótico y esencialmente estadounidense de Steve Rogers, por una versión del personaje más matizada. Por lo que el héroe interpretado por Chris Evans en Capitán América: el primer vengador, era, además del símbolo de los valores de EE. UU., un emblema del bien cultural occidental.
El cambio fue bien recibido y el Capitán Rogers se volvió una de las figuras fundamentales de la saga. De hecho, la intención de brindar a los superhéroes de La casa de las ideas mayor amplitud en objetivos y propósitos se volvió parte de la fórmula. Lo que demuestra que Marvel deja algunas lecciones valiosas a su paso para proyectos parecidos a futuro.
Aprender de los errores
El mismo Kevin Feige es el primero en reconocer que no hubo un plan preciso para crear el Universo Cinematográfico de Marvel. Más allá de plantearse que la serie de películas abarcaran historias en paralelo, lo cierto es que el estudio descubrió, a través de sus errores, las grandes fortalezas de su saga.
De un comienzo discreto, a uno de sus puntos más altos con Los Vengadores (2012), hasta el punto más alto de la saga con Endgame (2019). Eso, pasando por la tumultuosa fase cuatro y finalmente, la cinco, todavía incompleta. Marvel ha logrado superar sus momentos más oscuros y encontrar una forma de sostenerse. Lo que permite demostrar que un proyecto de semejante naturaleza, necesita flexibilidad y la habilidad para adecuarse a los cambios.
¿Un buen ejemplo? La manera en que la franquicia logró superar la debacle de Jonathan Majors. Como villano principal de la saga multiversal, los cargos y luego acusación contra el actor por violencia doméstica, comprometió proyectos futuros. Por lo que Marvel, debió actuar rápido para encontrar una manera de resolver el dilema acerca de cuál podría ser la némesis de los héroes de la Tierra en adelante. Lo que provocó la llegada del esperado Doctor Doom y todo un nuevo punto de vista sobre la saga. Una lección más que clara acerca del uso de recursos que el estudio deja para la posteridad.
Los grandes eventos cinematográficos
Comenzó con Los Vengadores del 2012, encontró su punto más alto en Endgame y Marvel promete romper todas las expectativas con Secret Wars y Avengers: Doomsday. Los grandes crossovers de La casa de las ideas — o eventos cinematográficos — se han convertido en un punto de interés para entender el éxito de la franquicia y su proyección a futuro.
Los motivos son múltiples, pero los principales, son el hecho que cada uno de estos puntos de inflexión, llevan a la franquicia a un final concreto. Lo que permite la revisión y de nuevo, replanteamiento de todo lo que se ha narrado hasta entonces.
La fórmula de Marvel, extendida por más de quince años y ya con una generación de fanáticos, se beneficia de esta reinvención, que mantiene sus historias siempre frescas. Algo que demuestra que el cine de entretenimiento puede construir sus propios códigos y además, sostener su calidad a través de ellos.