Tesla ha anunciado que las ventas de sus coches eléctricos han caído un 7 % durante el segundo trimestre de 2024, si lo comparamos con el mismo periodo de tiempo en 2023. Así mismo, las ganancias netas de la compañía han caído un estrepitoso 45 % interanual. La compañía no ha alcanzado las expectativas de Wall Street, causando una caída de más del 10 % en el valor de sus acciones. También anunciaron que pausarán la construcción de la Gigafactory México, hasta saber quién gana las elecciones de presidente de Estados Unidos en noviembre.

Es así como se mantiene la tendencia de desaceleración de venta de coches, que inició durante el primer trimestre de 2024, en que solamente entregaron 386.810 coches. Muy por debajo de las 422.875 entregadas durante el primer trimestre de 2023. En aquel momento, Tesla culpó a situaciones externas, como el parón en producción del Model 3 en Estados Unidos, problemas de tránsito en el Mar Rojo y un ataque que causó un incendio en la Gigafactory de Berlín.

Pero, aunque el segundo trimestre de 2024 las unidades entregadas aumentaron a 443.956, el fabricante parece empezar a tocar techo de ventas de vehículos. Al menos con la gama de productos, precios y políticas de venta actuales.

Sumado a eso, aunque Tesla sigue siendo la compañía de coches eléctricos más importante en el mundo, se enfrenta a una competencia cada vez mayor, especialmente de fabricantes chinos. También de multinacionales automotrices tradicionales, que poco a poco lanzan más y mejores modelos eléctricos.

Además, Elon Musk, CEO de la empresa, parece no estar interesado en cambiar algunas de sus políticas de ventas para intentar llegar a una base de posibles propietarios mucho más grande. El directivo primero aseguró que estaría abierto a hacer publicidad de sus coches, pero pocos meses más tarde despidió a todo el equipo encargado de la nueva división.

Cuestionado al respecto durante la llamada con accionistas tras el anuncio de resultados financieros del segundo trimestre de 2024, aseguraron que el 75 % de las personas que compraron un Tesla durante ese periodo de tiempo son clientes nuevos, por lo que "no hace falta hacer publicidad". La pregunta es qué tanto aumentaría ese porcentaje si hicieran esfuerzos reales de marketing para dar a conocer su producto a grandes audiencias.

Nuevo Tesla Model 3 Highland

Elon Musk huye hacia delante

A Elon Musk parece no molestarle demasiado la caída contínua en ventas de coches. En parte —aunque obtuvieron menos ganancias que las esperadas— porque sus ingresos fueron superiores a lo que Wall Street calculaba. Esto es gracias a que la división de energía de Tesla obtuvo tres mil millones de dólares, que representa un nuevo récord. Y en parte porque el directivo considera que el futuro de la compañía está en la conducción autónoma total.

Elon Musk tiene razón. El futuro es la conducción autónoma total, sin duda. Le daría un nivel de diferenciación abismal a Tesla versus el resto de la industria. Si a nivel tecnológico la compañía está años por delante de la competencia, de conseguir que su flota de coches circule por medio de inteligencia artificial, será un golpe sobre la mesa nunca antes visto.

Además, la conducción autónoma total, al ser software, tiene márgenes de ganancias mucho mayores que la producción de coches o de otros productos de hardware. Eso puede otorgarle a la empresa un camino para convertirse en una de las más valuadas del mundo. Adicional a eso, la conducción autónoma total puede ser usada por otras marcas por medio de una licencia de uso.

Pero detrás de esa teoría hay murallas muy altas que escalar. La primera, y la más importante, es demostrar que la conducción autónoma total, tal y como la concibe Tesla, es viable. Con cientos de vídeos de personas de coches circulando sin intervención humana, parece que llegará más pronto que tarde. Pero también hay bastante contenido demostrando que queda muchísimo trabajo por hacer. Y que la realidad de coches conduciéndose solos está a diez años y no “el próximo año” como Elon repite todos los años desde 2015. ¿Conoces el cuento del lobo? Pues eso.

La segunda gran muralla tiene que ver con permisos. Tesla tiene permiso para operar la conducción autónoma total dentro de Estados Unidos gracias a que la regulación es más laxa. No es el caso de sus otros dos mercados más importantes: China y Europa.

Musk ha visitado China, personalmente, para ejercer presión sobre los reguladores locales y permitir la conducción autónoma total en ese mercado, que es potencialmente tan o más relevante que Estados Unidos. En Europa, las cosas son aún más difíciles. Aun así, el CEO aseguró que están trabajando para conseguir los permisos necesarios en ambas regiones antes del próximo año.

Pero cuidado con las promesas vacías de Elon Musk. En 2021, durante la inauguración de la Gigafactory Berlín, anunció que antes que acabe el año conseguirán la aprobación del uso de la conducción autónoma total dentro de Europa. Cosa que, por supuesto, nunca sucedió.

De cara a sus accionistas e inversores, a Musk le conviene decir que obtendrán permisos para operar la conducción autónoma total en Europa y China en 2025. Si no sucede, aquello que representa el futuro de la compañía, solo se podrá usar en un país, Estados Unidos.

Por último, si no venden coches, la viabilidad a gran escala de la conducción autónoma total quedará limitada. Tesla pretende resolverlo por medio del Robotaxi. Pero si la aprobación regulatoria de coches que se conducen solos —con volante y pedales— es difícil, uno en que un humano no puede intervenir físicamente puede representar un infierno legal para obtener aprobación, incluso en Estados Unidos.

Licenciar el uso de la tecnología de conducción autónoma total a otros fabricantes también puede ser un camino económico bastante positivo para Tesla. Pero Elon Musk aceptó ayer, durante la conferencia con accionistas, que para que eso suceda, tendrán que trabajar durante varios años con otras marcas para poder adaptar todos los componentes necesarios, incluyendo cámaras, ordenadores, conexión perenne a internet, y otros.

El futuro de Tesla pasa por un esfuerzo mayor en la venta de coches, en demostrar que siguen siendo líderes, no solo en ventas, sino en hacer los mejores vehículos eléctricos del mundo. Los más tecnológicos, los más eficientes y los más seguros.

2024 es y será un año duro para Tesla. En 2025 presentarán dos nuevos coches, que estoy prácticamente seguro que serán versiones más económicas del Model 3 y el Model Y, y no el Model 2. Esto puede dar un impulso en ventas y llegar a una horquilla económica que ahora no alcanzan.

Tesla presume de ventas de coches gracias a las ayudas de Biden, mientras su CEO apoya a Trump, quien promete acabar con dichos incentivos

Tema aparte es la hipocresía de Elon Musk con respecto a sus preferencias políticas y sus intereses como CEO de Tesla. En la presentación de los resultados financieros del segundo trimestre de 2024, la compañía presume de sus ventas gracias a que el Model 3 califica para las ayudas e incentivos del gobierno de Biden.

Pero al mismo tiempo, Musk ha dado su apoyo público a Donald Trump, el candidato que, durante su campaña, ha prometido acabar con los incentivos a los coches eléctricos como primera medida si vuelve a ser presidente.

La pregunta es: ¿Qué es más importante para Elon Musk, ser el CEO —aunque sea a tiempo parcial— de Tesla o sus creencias políticas y mantenerse en buenos términos con Trump?