Tesla pierde otro juicio por incumplir su promesa sobre la función de Autopilot. Tendrá que devolver a la propietaria de un Model X los 112.000 euros que pagó por el vehículo. El informe técnico publicado por Der Spiegel muestra que el sistema de asistencia en la conducción no era capaz de reconocer obstáculos o activaba los frenos de forma innecesaria. Esto último, conocido como frenadas fantasma, es un problema bastante conocido entre dueños de estos coches.
La condena del juicio que ha perdido Tesla en un tribunal de Múnich argumenta que el sistema de Autopilot es peligroso dentro de ciudades, y que "puede causar colisiones", poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros del vehículo y de otros coches.
Los abogados de Tesla han recordado que el sistema de Autopilot no funciona dentro de ciudad, aunque esto no es del todo cierto. Personas que han comprado el paquete de conducción autónoma total, dentro de Europa, tienen la opción de activar el sistema, el cual es capaz de detectar semáforos y detenerse automáticamente mientras se mantiene dentro del carril.
También han defendido que aún con los asistentes de conducción activos, como el Autopilot, es el conductor el responsable final de lo que sucede con el vehículo. Además recuerdan que se puede encender o apagar el sistema en cualquier momento.
Pero eso es justamente lo que condena la sentencia, que al tener la oportunidad de activar o desactivar el sistema de Autopilot, genera distracción innecesaria en el conductor, creando una situación de inseguridad.
Tras la sentencia del juicio en Múnich, Tesla se negó a dar declaraciones a Der Spiegel, quienes reportaron primero la noticia. La compañía, con base central en Austin (Texas), no tiene equipo de relaciones públicas, por lo que mantiene silencio ante este tipo de situaciones.
La conducción autónoma total de Tesla en Europa
Durante la inauguración de la Gigafactory en Berlin, Elon Musk argumentó que intentarían lanzar la beta de la conducción autónoma total en Europa en 2022, siempre y cuando la regulación lo permita. Pero todo indica que pasará mucho tiempo antes que los responsables permitan más funciones automáticas.
Por ejemplo, a finales de mayo Tesla tuvo que detener la entrega de coches en el continente puesto que los reguladores europeos descubrieron que el sistema de Navegar en Autopilot hace salidas y entradas a autopistas sin intervención o confirmación alguna del conductor, lo cual está estrictamente prohibido.
Días más tarde, con una actualización de sistema, la compañía impone esa confirmación por medio de una de las palancas, al momento de hacer una salida o entrada a autopista. Tanto a vehículos nuevos como a todos los que ya están circulando en el continente y tienen el paquete de conducción autónoma total o de Autopilot mejorado.
"Es difícil conseguir la conducción autónoma total en Europa", explicó Elon Musk en la Gigafactory de Berlin. El problema es la inmensa cantidad de situaciones únicas que hay en el continente, ya que varían bastante entre países.
El Autopilot, la conducción autónoma total y el enfoque en el software, es uno de los argumentos diferenciales más grandes Tesla y el resto de la industria automotriz. Pero con las limitantes impuestas —con toda razón— por los reguladores europeos, demandas perdidas como esta y comunicación cada vez más deficiente a nivel corporativo a falta de equipos de relaciones públicas, la situación y reputación de la compañía no es la mejor de momento. Pero es irrelevante, guste o no, ya que venden más coches de los que son capaces de fabricar. Con tiempos de espera de hasta un año para conseguir un Model 3.