Ayer por la noche fui al cine con los amigos para ver Thor. Debo admitir que, a pesar de haber quedado conforme con los avances, llegaba unas expectativas normales.

Salí bastante satisfecho, pues la película es una excelente primer paso hacia la superproducción de The Avengers, con su valor propio como cinta individual. Por esta razón, les comparto mis siete razones para que le den una oportunidad al Dios del Trueno

1. Chris Hemsworth, un digno portador de Mjolnir

Sólo puedo calificar la elección de Chris Hemsworth como acertadísima. Llegué con la incógnita de saber cómo nos presentarían a Thor y el actor no defrauda. Por el contrario, nos muestra un Thor contrastante, en fuego cruzado entre dos mundos. Por un lado, un príncipe a punto de convertirse en el monarca de Asgard; del otro, un exiliado que reniega de su condición mortal en nuestro mundo. Aunque el viaje del héroe es previsible, no por eso resulta menos emocionante ni vívido.

2. Tom Hiddleston, el villano de la lengua de plata

Otro actor desconocido que irrumpe con fuerza gracias a la mano de Branagh en la dirección. Hiddleston es encargado de encarnar a Loki, el dios de la travesura y antagonista de la cinta. Timador y lisonjero, Hiddleston nos muestra un villano más que disfrutable. No se sabe sino hasta el final si sus motivos son pasionales o calculadores (o un poco de ambos). Con un estilo teatral, Tom nos deja pidiendo (y esperando) otra aparición suya en un futuro.

3. Anthony Hopkins, ¡oh, Odín!

¿Qué más se puede decir de Anthony Hopkins? Uno de los actores más brillantes de los últimos años nos regala una interpretación colosal. Odín es a Hopkins lo que Dios es a Morgan Freeman. Con la autoridad de un rey, la escena en que confronta a Thor es para enmarcarse. El actor nos muestra la duda de un monarca ante la llegada de su probable heredero y el peso de una corona sobre la existencia de los demás. Sublime.

4. El teatro de Kenneth Branagh

Para muchos es conocido que Branagh es un fanático del teatro. No en balde se sacó a Hiddleston de los escenarios ingleses. Su mano es evidente. La manera en que nos refleja a Asgard, las traiciones familiares, los conflictos reales, los giros en la trama... todo muestra una gratísima influencia del drama inglés que --contrario al error de Ang Lee con Hulk de hacer una tragedia griega*-- consigue refrescar al género y darle un sello personal al héroe.

5. Accesible para todos

Thor es una película de reclutamiento. Si no conoces nada del cómic, te quedarás con ganas de acercarte. Mi novia, completamente alejada de los tebeos, la disfrutó mucho porque es accesible, graciosa y entretenida. Explica lo que necesario para entenderle sin necesidad de muchas nociones del universo Marvel (o de la mitología nórdica). Por supuesto, no peca de ingenua ni subestima al espectador. Bien balanceada, es ideal para cautivar nuevos adeptos.

6. Los guiños al fanático

En contraparte, el fanático del cómic se sentirá contento de saber que no le han olvidado. No sólo existe congruencia, sino que hay varios guiños para atender. Mi favoritos son el cameo de Hawkeye, a quien veremos con mucho más detenimiento de The Avengers; así como la identidad falsa que le dan a Thor -- un homenaje a la serie clásica. Da para verla un par de veces y encontrar todas las pistas que Marvel ha dejado.

7. La escena poscréditos

¿Qué pensaron? ¿Qué se las iba a revelar? Pues no. Sólo les recuerdo que, como en todas las cintas de la productora, hay que esperar hasta el final para ver el bonus. Si no le entienden –como muchos en la sala de cine a la que fui– les sugiero estar atentos a Captain America: First Avenger. Si no les importa perder la sorpresa, sólo sigan el enlace. ¡Excélsior!