El Robotaxi ya es una realidad. Y no solo para las promesas de Tesla, también como concepto para el futuro de la movilidad personal. Un futuro lejano, sí, pero con lo mostrado ayer, bastante prometedor para una tecnología que la mayoría de grandes fabricantes ven con muy buenos ojos: la conducción autónoma. Pero más allá de las dificultades puramente tecnológicas, el mayor enemigo del Robotaxi no está en su competencia, sino en la lista de contactos de Elon Musk.

Con toda la expectación en torno al Robotaxi y a la conducción autónoma, en medio de las previas de unas elecciones clave en los Estados Unidos, el tema se ha puesto sobre la mesa. De hecho, no solo el de los coches autónomos, también los eléctricos y su impacto en la industria tradicional estadounidense. En este contexto, le han preguntado a Donald Trump en Detroit, uno de los epicentros de la industria, su opinión sobre el asunto y ha sido, como de costumbre, bastante tajante: prohibir que circulen en EE. UU. Son malas noticias para Tesla y Elon, en caso de que gane, claro.

No quedaría más que una anécdota más de las posturas de los candidatos, si no fuera porque Donald Trump tiene como uno de los mayores aliados a Elon Musk. No solo de forma pasiva, también participando en los mitines del candidato expresidente y haciendo una campaña tremendamente activa en su cuenta de X, y en cada una de las apariciones públicas en las que aparece.

Trump quiere prohibir los coches autónomos como el Robotaxi

Además, no es que a Donald Trump no le gusten los coches autónomos. Es que, directamente, quiere prohibirlos "de las carreteras americanas":

https://twitter.com/danahull/status/1844530542190158288
https://twitter.com/atrupar/status/1844458572601606648

Lo extraño del asunto es que Elon Musk está impulsando enormemente entre sus fieles a Donald Trump, cuando es uno de los candidatos más activos en ir en contra de los intereses de las compañías principales de Musk. Bien es cierto que Trump es el único que se ha pronunciado de forma directa respecto a los coches autónomos, y se desconoce si la retórica de la otra candidata, Kamala Harris, iría en sentido igual u opuesto en el calor de ganarse a la industria del coche y, sobre todo, a sus trabajadores.

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Sea como sea, Trump tiene grandes planes si ganas las elecciones en noviembre y es investido, y muchos de esos planes de carácter proteccionista, muy en línea con los de su anterior mandato, atentan directamente contra muchas de las bases con las que Tesla está construyendo su futuro. Que al final se hagan realidad o no, es otro cantar, pero lo cierto es que hasta el momento Donald Trump no ha perdido oportunidad de criticar fuertemente muchas de las bases del negocio de Tesla, sin que de momento haya habido reproche alguno por parte de Elon.