Beetlejuice, Beetlejuice, Beetlejuice. Estas tres palabras son suficientes para traer al mundo de los vivos a uno de los personajes más emblemáticos de Tim Burton. Tan emblemático como para protagonizar una nueva película 36 años después. Su nombre varía mucho entre angloparlantes y españoles. Lo que para ellos es Beetlejuice, para los españoles es algo así como Bitelchús. Pero lo más curioso es que ninguno de esos dos es su nombre real. Originalmente, el personaje se llamaba Betelgeuse en honor a una de las estrellas más brillantes del cielo.
Los guionistas originales de Beetlejuice cuentan que Tim Burton decidió cambiarle el nombre al comprobar que, escrito de la forma original, era difícil de pronunciar para angloparlantes. Pero que eliminaran el nombre del título de la película no quiere decir que desapareciera por completo de la misma. De hecho, puede verse escrito como Betelgeuse en varias ocasiones. Por ejemplo, en la tumba del personaje.
Ahora bien, ¿qué lleva a unos guionistas a poner a un personaje tan siniestro como Beetlejuice el nombre de una estrella? ¿O realmente fue casualidad? Hay dos versiones para responder a estas preguntas. Cada cual, que se quede con la que más le interese.
Betelgeuse, Betelgeuse, Betelgeuse
Los árabes, grandes pioneros de la ciencia y la astronomía, fueron los primeros en dar nombre a la estrella Betelgeuse. La bautizaron como yad al-jawzā, que significa “mano de Jauza”. Esta era una figura mitológica de su cultura, que más tarde se relacionaría con Orión, el famoso cazador de la cultura griega.
Durante la edad media, después de que los árabes bautizaran la estrella, su nombre se convirtió en una especie de teléfono roto. Al transcribirlo al latín, el carácter ya se tradujo incorrectamente como ba. Por lo tanto, ahora se llamaba bad al-jawzā o, con la traducción completa, Bedalgeuze.
En el Renacimiento se intentó hacer la traducción para conocer el término árabe que dio lugar a Bedalgeuze. No sabían que inicialmente se produjo una mala traducción, por lo que pensaron que provenía de Bait al-Jauza, que significa “el hombro de Jauza”. De la mano se pasó al hombro y finalmente se la denominó como Betelgeuse.
Dado que por su ubicación en la constelación de Orión podría corresponderse con el brazo o el hombro del cazador, se consideró que era un buen nombre. Jauza podía ser equivalente a Orión. Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con Beetlejuice?
La estrella detrás de Beetlejuice
Se dice que Orión era un violento cazador que quería acabar con la vida de todos los animales.
Por ese motivo, podríamos pensar que tiene cierta relación con la muerte. Además, si bien en la época de los romanos la describieron como una estrella de color amarillo, hoy en día brilla con una intensa tonalidad rojiza. Es cierto que en los últimos años ha perdido algo de brillo, llevando a los astrónomos a pensar que está a punto de convertirse en supernova. Pero sigue siendo muy brillante.
Ese color rojo le da un aspecto infernal que, unido a su relación con Orión, acrecenta aún más su relación con la muerte.
Muchos cinéfilos han apostado por que esa relación sea la que llevó a Tim Burton y sus guionistas a bautizar a Beetlejuice como Betelgeuse. No obstante, sería raro, pues no es una historia de verdadero terror. Más bien se trata de un humor negro que se ceba solo con lo más estrambótico de lo tétrico. ¿Puede ser entonces simplemente que a los guionistas les gustase la astronomía y Betelgeuse les pareciese un buen nombre para su entrañable bioexorcista? Es posible.
Sea como sea, ahora que se ha publicado un estudio que señala que quizás Betelgeuse no se va a convertir en supernova, sino que tiene una estrella compañera que brilla junto a ella, es el momento perfecto para hablar de esta rocambolesca asociación. Cabe destacar que el estudio aún necesita ser revisado y que la hipótesis de la supernova no se ha desechado por completo. ¿Puede ser que explote si repetimos tres veces su nombre?