La forma más sencilla de tener un buen aporte de vitaminas en nuestro organismo es seguir una dieta completa y equilibrada. Sin embargo, seguimos obsesionados con tomar suplementos que no necesitamos. Y no solo eso. Buscamos formas de hacerlo que sean sencillas e incluso divertidas. Un buen ejemplo de ello es el de las gominolas. Pero hay una moda que podría incluso superarlas: los parches vitamínicos.

Se trata de parches cargados con vitaminas que penetran en el organismo a través de la piel. El mecanismo es muy parecido al de los parches anticonceptivos o los de nicotina. Es una forma de evitar olvidos y tener cada día el aporte adecuado de vitaminas. O eso se supone. ¿Pero realmente funcionan los parches vitamínicos?

La realidad, según las declaraciones de expertos en un artículo de National Geographic, es que no parecen ser tan buenos como prometen. Hay varios motivos por los que deberíamos evitar utilizarlos. El primero, como con cualquier suplemento, sea cual sea su formato, es que posiblemente ni siquiera los necesitemos. Pero hay otros mucho más específicos que afectan solo a los parches vitamínicos.

¿Quiénes deben usar los parches vitamínicos?

En general, la mayoría de nosotros, si comemos adecuadamente, tendremos un buen aporte de vitaminas en nuestro organismo. Por eso, tomar suplementos puede ser una mala idea por dos motivos. En primer lugar, porque es un gasto de dinero inútil si no las necesitamos. Y, en segundo lugar, porque puede incluso ser peligroso. Hay dos tipos de vitaminas, las hidrosolubles y las liposolubles. Las primeras, como la vitamina C, se disuelven fácilmente en agua, por lo que si hay un exceso terminan saliendo a través de la orina. Si ya teníamos un buen aporte de vitaminas y tomamos suplementos, estaremos ante la orina más cara del mundo.

Por otro lado, las vitaminas liposolubles, como la D, no se eliminan, sino que se acumulan en la grasa y pueden llegar a causar algo conocido como hipervitaminosis. Es una afección que puede ser muy peligrosa, por lo que debemos tener cuidado.

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La mayoría de personas que toman suplementos de vitaminas no las necesitan. Crédito: Diana Polekhina (Unsplash)

Por lo tanto, todos los suplementos, incluidos los parches vitamínicos, se deben consumir solo si son realmente necesarios. Normalmente, cuando los paute un médico.

Se suelen pautar a personas que se han sometido a una cirugía para perder peso. La conocida como cirugía bariátrica. Cuando los pacientes están recién operados pueden tener problemas para comer y para absorber las vitaminas. Por eso, se les recetan suplementos. Si no tienen problemas para tragar, siempre serán mejores las pastillas. Sin embargo, si cuentan con esta dificultad, sí que podría extraerse alguna ventaja de los parches vitamínicos. O al menos se podría si supiéramos con seguridad que funcionan.

No hay pruebas de que realmente sean eficaces

El fundamento de los parches vitamínicos es que las vitaminas atraviesan la piel hasta llegar al torrente sanguíneo, donde ya pueden ejercer su función.

Lamentablemente, no es algo tan sencillo. La piel cuenta con barreras que evitan la entrada de agentes externos. Normalmente, estas barreras están formadas por lípidos. Por eso, las vitaminas hidrosolubles, como la C, tendrían muy complicado el paso. Las liposolubles sí que podrían pasar más fácilmente. Incluso se podría envolver las hidrosolubles en algún tipo de aceite, para que atravesaran mejor las barreras de grasas. Pero, aun así, sigue sin haber evidencia de que funcione.

Hay muy pocos estudios sobre la eficacia de los parches vitamínicos. Además, de esos pocos, la mayoría no encuentran que realmente funcionen. Suelen realizarse con pacientes sometidos a cirugía bariátrica. Después de suministrarles los parches vitamínicos, se analizan sus niveles de vitaminas en sangre y normalmente se comprueba que estos no han aumentado nada. En cambio, con los suplementos en pastillas sí que lo hacen. Algunos de los pocos estudios que apoyan el uso de parches vitamínicos no tienen en cuenta la alimentación de los pacientes, que podría haber influido en ese aumento de vitaminas en sangre. Tampoco tienen un grupo control con el que comparar. En definitiva, suelen ser estudios mal diseñados.

¿Por qué no sabemos si los parches vitamínicos funcionan pero los anticonceptivos sí?

La conclusión de los expertos es que no parece que los parches vitamínicos sean realmente eficaces. Sin embargo, es obvio que hay parches ampliamente utilizados que sí cuentan con la aceptación de la comunidad científica. Es el caso de los parches anticonceptivos o los de nicotina, entre otros.

La diferencia, según los expertos consultados por National Geographic, es que la eficacia de esos otros parches se ha testado mucho mejor. La mayoría se consideran fármacos, mientras que los parches vitamínicos son suplementos.

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Los fármacos se someten a más controles que los suplementos. Foto por Myriam Zilles en Unsplash

Los fármacos deben seguir una serie de ensayos clínicos en los que se analiza la mejor forma de uso, su eficacia y los posibles efectos secundarios. Por ejemplo, puesto que no todo el fármaco logrará atravesar la barrera de la piel, se calcula muy bien la dosis que se debe añadir al parche para tener una dosis adecuada en sangre. Además, se analizan los efectos secundarios de sustancias como el adhesivo, que puede producir alergias.

En cambio, los suplementos no están sujetos a tanta investigación previa. Pueden comercializarse sin haberlos analizado concienzudamente.

En definitiva, si tu médico te ha recomendado los parches vitamínicos por algún motivo, pueden ser una buena idea. Pero, igual que las gominolas, no son más que una moda innecesaria que, posiblemente, solo tenga efectos sobre tu bolsillo. Y no efectos positivos precisamente.