OpenAI trabaja en su plan para producir sus propios chips de inteligencia artificial. A unos meses que surgieran los primeros rumores, los creadores de ChatGPT habrían cambiado la estrategia original. Un reporte reciente menciona que OpenAI ya no está interesada en montar una fábrica, pero sí en diseñar chips con la ayuda de terceros.

De acuerdo con Reuters, OpenAI ha pedido ayuda a TSMC y Broadcom para diseñar un chip de inteligencia artificial. Fuentes cercanas a la situación revelaron que la empresa tiene planes de construir su primer chip interno enfocado a potenciar sus modelos de lenguaje. Para lograrlo, OpenAI se acercó a Broadcom, una empresa de semiconductores con amplia experiencia en centros de datos y que actualmente ayuda a Google.

La empresa dirigida por Sam Altman ya desechó la idea inicial de montar una planta de fabricación para controlar todo el proceso. OpenAI delineó un ambicioso plan para construir una red de fundidoras; sin embargo, los altos costes terminaron por enterrarlo. Ahora la compañía busca una alternativa real para combatir la escasez de chips y acelerar el desarrollo de la IA general.

OpenAI se acerca a Broadcom para diseñar un procesador de inferencia

Según las fuentes, OpenAI trabaja desde hace meses con Broadcom en el desarrollo de un chip enfocado a la inferencia. A diferencia de los chips de entrenamiento, los de inferencia se centran en la aplicación eficiente del modelo de lenguaje para obtener resultados rápidos y precisos. Para lograrlo, el chip debe ser eficiente en consumo energético y velocidad de procesamiento.

OpenAI ha conformado un equipo de 20 ingenieros, entre los que se encuentran Thomas Norrie y Richard Ho, diseñadores de los chips Tensor de Google. Además, la asociación con Broadcom permitirá producir los nuevos procesadores en las fundidoras de TSMC. Según el reporte, el primer chip de OpenAI se fabricará a mediados de 2026.

NVIDIA H100, la GPU para inteligencia artificial

La idea de fabricar un chip de inferencia y no de entrenamiento obedece a una necesidad a futuro. Si bien la demanda de GPU enfocadas al entrenamiento de modelos está a su máximo nivel, en los próximos años se orientará hacia la inferencia. A medida que se desplieguen más aplicaciones de IA, empresas como OpenAI, Google o Anthropic requerirán chips para que los modelos entrenados puedan llevar a cabo predicciones y toma de decisiones en tiempo real.

OpenAI quiere estar preparada para cuando ese momento llegue y por ello está cerrando acuerdos con actores importantes de la industria. La idea de diseñar solo un chip y no montar toda la fábrica es más realista, puesto que esta aventura habría costado entre 5.000 y 7.000 millones de dólares. Si todo sale bien, el primer procesador de IA diseñado por OpenAI saldría de las plantas de TSMC en algún momento de 2026.

Por el momento, la información se encuentra en calidad de rumor. Ni OpenAI, Broadcom o TSMC han hecho declaraciones al respecto, aunque no existe razón para dudar de que este esfuerzo se materializará tarde o temprano.