Hace meses que Nothing dejó de ser una empresa misteriosa a ser una compañía tecnológica enfocada principalmente en dispositivos de audio y smartphones. La firma con sede el Londres y fundada por Carl Pei, uno de los creadores de OnePlus, de hecho, cuenta con un total de cuatro productos, con una importante incorporación: el Nothing Phone (2), modelo que esta vez llega para competir en la gama alta y que en Hipertextual hemos podido probar en profundidad. 

Llega para competir en la gama alta, porque Nothing ha dado un salto interesante en algunas de las características de este smartphone. Empezando por el procesador, que pasa a ser un Snapdragon 8, de la línea de SoCs más potentes de Qualcomm. También por la cámara, con un nuevo sensor Sony IMX890, así como por otros pequeños añadidos, como un brillo mayor o una carga rápida más potente. 

Todo ello, además, con la misma filosofía que la compañía lleva presumiendo desde sus inicios: la de hacer productos tecnológicos que permitan elevar la experiencia de uso. Por eso ese diseño transparente, y ese sistema de luces en la trasera. Son puntos llamativos, pero, ¿lo suficiente como para optar por este smartphone?

Transparente y con luces

Nothing Phone (2) con las luces Glyph encendidas.

No hay duda de que el diseño es el protagonista del Nothing Phone (2), pese a que es prácticamente el mismo que el modelo del año pasado. La compañía ha mantenido esa trasera transparente tan llamativa y diferente al resto de smartphones del mercado. Mantiene, también, ese sistema de luces tan característico; aunque en ambos casos hay cambios relevantes. La parte posterior, por ejemplo, ahora cuenta con un cristal ligeramente curvo en los cantos, mientras la del Nothing Phone (1) era completamente plana. 

Mantiene el cristal como material, aunque he de confesar que no se siente como tal. En mano, de hecho, la trasera del Nothing Phone (2) parece tener un acabado en plástico, lo que hace que el terminal se sienta ligeramente menos “premium” que otros. Por suerte, los marcos de aluminio, que tienen un tono mate que contrasta muy bien con la parte posterior, sí tienen una construcción más sólida. 

Pero sigamos hablando de la parte trasera, que es donde se ubica lo que Nothing llama Glyph, un sistema de luces que rodea algunos componentes del dispositivo, como la bobina de carga inalámbrica o la cámara, y que, además de aportar una estética diferente junto con ese diseño transparente, ofrece algunas funciones adicionales. De hecho, el Glyph del Nothing Phone (2) ahora ofrece más funciones que el del Phone (1) a causa de la nueva distribución de las luces. Ahora, por ejemplo, podemos activar un temporizador en la que es posible ver una cuenta regresiva de luces a través de una de las bandas. 

Nothing Phone (2)

Nothing también ha abierto el Glyph a los desarrolladores para que adapten sus apps con funciones que aprovechen el sistema de luces. Uber, de momento, es la primera, con una opción que permite comprobar la distancia a la que está el pedido del domicilio a medida que la luz va rellenando el hueco. 

Otra característica interesante del Glyph en el Nothing Phone (2) es la función desarrollada junto a Swedish House Mafia y bautizada como Glyph Composer. Esta permite personalizar un tono de llamada con diferentes melodías y distribución de luces. No es más que un añadido curioso y que, en realidad, tiene poco uso, aunque no está de más tener opciones así. Hay, además, otras funciones de Glyph interesantes; algunas de ellas también llegan al Phone (1). 

El Nothing Phone (2), por cierto, ahora cuenta con un sensor de luz ambiental en la trasera para ajustar automáticamente el brillo de las luces; algo que se agradece en algunas situaciones y que puede ayudar a ahorrar algo de batería. En cualquier caso, es algo que puede hacerse de forma manual a través de los ajustes del sistema. 

La pregunta del millón, ¿es útil el Glyph del Nothing Phone (2) teniendo en cuenta las nuevas características? En mi opinión, sigue siendo un elemento estético más que funcional. De hecho, algunas características están, en mi opinión, mal diseñadas. Por ejemplo, para activar el temporizador del Glyph es necesario acceder a los ajustes del sistema, no es posible hacerlo desde la app de Reloj. Lo mismo sucede para ajustar el brillo.

¿Un salto a la gama alta?

Nothing Phone (2)

El Nothing Phone (2) puede considerarse un smartphone de gama alta, principalmente, por su nuevo procesador. La compañía ha optado por un Snapdragon 8+ Gen 1 de Qualcomm, SoC del año pasado que pretende evitar incrementar considerablemente el precio de este dispositivo, a su vez que ofrece un rendimiento extra y funciones adicionales frente al Snapdragon 778G+ que incluía el Phone (1).

El terminal llega, además, con dos versiones de memoria RAM: 8 y 12 GB, así como con tres variantes de almacenamiento interno: 128, 256 y 512 GB. Es una configuración por la que Noghing ha apostado para asegurarse de que este smartphone cuenta con un buen rendimiento. No se han equivocado. 

El Nothing Phone (2) rinde de forma notable tanto en situaciones poco exigentes, como reproducción de vídeo o navegación en redes sociales, como en aquellas tareas en las que se requiere un mayor uso de GPU, como juegos con gráficos altos, etc. Por otro lado, apenas he notado que el terminal se calentara en exceso. 

El procesador está acompañado por una batería de 4.700 mAh que, en líneas generales, hace un buen trabajo incluso en usos más intensivos. Mención especial a la compatibilidad con la carga inalámbrica, que es de 15W, así como a la carga rápida, que es de 45W. Una batería de mayor capacidad, en parte, viene acondicionada por una pantalla de mayor tamaño. La de este Nothing Phone (2) es de 6,7 pulgadas. Se trata de un panel OLED flexible con una resolución Full HD+ y una tasa de refresco de 120 Hz que no hacen más que mejorar la experiencia de uso. Todo ello, además, con un brillo típico de 1.200 nits y uno pico de 1.600 nits que permiten visualizar el contenido correctamente en prácticamente cualquier situación. 

El software, por cierto, es otra área que merece una mención en este análisis, puesto a que es, en mi opinión, uno de los más cuidados en Android. Nothing OS 2.0, la capa de personalización de la compañía, que funciona bajo Android 13, es visualmente muy atractiva. Está muy bien cuidada en términos de diseño, con funciones, además, que pueden resultar muy interesantes para aquellos usuarios a los que le gusta la personalización. 

Así son las cámaras del Nothing Phone (2)

Nothing Phone cámaras

Nothing ha decidido mantener la configuración de cámara del Phone (1), pero con un importante cambio en el sensor primario, que ahora cambia de modelo por un Sony IMX890 de 50 megapíxeles; mismo componente que vemos en otros móviles de gama alta. La segunda cámara, es un sensor ultra gran angular 50 megapíxeles; es exactamente el mismo sensor que el modelo del año pasado.

Es poco común ver un móvil con dos cámaras en la gama alta. En este caso, sin embargo, tiene algo de sentido. Nothing prefiere no incluir sensores adicionales, como el de profundidad o el macro, para que no repercutan en el precio. Son, además, cámaras muy poco útiles, por lo que en parte se agradece este Phone (2) no las incluya. Lo que sí solemos ver en estos smartphones es un sensor teleobjetivo, algo que sí he echado en falta en algunas ocasiones, pues el zoom de este smartphone es digital, y si bien no ofrece malos resultados, la calidad es inferior a la de otros móviles.

Ahora bien, ¿cómo se comporta la cámara principal? Lo cierto es que los resultados son muy buenos. Sin ser excelentes, eso sí, o sin superar a la de otros móviles de gama alta. Pero en términos de detalle y exposición hace un buen trabajo. Los colores, eso sí, son un poco saturados para mi gusto.

La cámara ultra gran angular consigue ofrecer resultados muy similares en cuanto a color y detalle. Como es habitual en este tipo de lentes, perdemos algo de detalle en las zonas más alejadas de la imagen. Es, reitero, algo común en las cámaras ultra gran angular, incluso de smartphones de gama alta.

La cámara del Nothing Phone (2), además, permite grabar vídeo en 4K a 60 fps. La app de cámara, por su parte, cuenta con algunos modos interesantes; como uno que permite utilizar el Glyph como flash o un modo profesional bastante intuitivo.

¿Merece la pena el nuevo móvil de Nothing?

Nothing Phone (2)

Ya lo adelantaba en una primera toma de contacto con el smartphone: el Nothing Phone (2), disponible a partir de 649 euros, es el móvil que me compraría por este rango de precio. Principalmente, porque el terminal cuenta con prácticamente las mismas prestaciones que cualquier otro móvil de gama alta, con esa trasera tan llamativa que si bien no aporta nada diferencial en cuanto a funciones, resulta más bonita que la de, por ejemplo, un móvil Xiaomi o un Redmi. 

El Nothing Phone (2), además, cumple en todos y cada uno de sus apartados, pese a que algunos de ellos tienen pequeños puntos flojos. Es un terminal bonito —a pesar de que su trasera no resalta en calidad—. Ofrece, por otro lado, un buen rendimiento y una batería a la altura. Y tanto su pantalla como el software hacen que la experiencia de uso sea muy satisfactoria. 

¿Merece la pena el salto del Nothing Phone (1) al Phone (2)? Si bien hay cambios importantes en áreas como el rendimiento y la cámara. En mi opinión, no es un salto con el que vayas a notar enormes diferencias. El diseño es prácticamente el mismo; también las funciones del sistema de luces. La cámara, aunque mejora, mantiene la misma configuración, y si bien da un salto relevante en procesador, un mejor rendimiento, a priori, no es una excusa para un cambio.