El tema de los vientres de alquiler es profundamente controversial. Por sí solo, el término en español suena bastante despectivo, reduciendo a las mujeres a sus órganos reproductivos. En inglés se le dice "surrogacy", mucho más adecuado para las consideraciones de marketing. Que se traduce a "gestación subrogada", nombre que nadie usa para referirse a este proceso. La práctica es bastante común entre las celebridades, ya que muchas consideran que sus carreras no les permiten someterse a un embarazo. Paris Hilton es una de ellas.
La industria de los vientres del alquiler tenía un valor de casi trece mil millones de dólares para el 2022 y se proyecta que crecerá muchísimo más en los próximos años gracias a los avances tecnológicos y a una mayor aceptación social para esa práctica. Esto indica que ya no se trata solo de celebridades que quieren proteger sus carreras, o de parejas que no podrían concebir de otra forma, sino que cada vez más personas parecen preferir las comodidades de engendrar un hijo biológico sin tener que soportar los sufrimientos propios del proceso natural.
Pero el sentido común nos dice que, sin importar cuánto se normalice alquilar un vientre, hay algo perturbador en utilizar dinero para hacer que otra persona cargue con tu bebé hasta que nazca. Porque la artificialidad del proceso deja fuera factores importantes como el vínculo que se crea entre madre e hijo, tanto durante el embarazo como inmediatamente después de él. Por eso, Paris Hilton sintió la necesidad de simular el proceso natural, como muchas otras nuevas madres antes que ella.
Las razones de Paris Hilton para alquilar un vientre
En una entrevista para Romper, Paris Hilton reveló por qué decidió alquilar dos vientres para cumplir su sueño de tener dos hijos creciendo juntos, un niño y una niña. La heredera fue víctima de abuso físico, sexual y emocional luego de que sus padres la enviaran a un famoso internado terapéutico para jóvenes problemáticos. Describe cómo la despertaban en el medio de la noche para someterla a exámenes ginecológicos sorpresa sin su consentimiento y sin la presencia de un médico. Los miembros del personal solían entrar a los baños para verlas ducharse, entre otras acciones asquerosas.
El internado usaba métodos barbáricos para intentar remediar el mal comportamiento de los pacientes. Obligándolos a consumir medicamentos que los mantenían en un estado de somnolencia y fatiga. En otras ocasiones, Paris Hilton fue puesta en confinamiento solitario sin razón, también afirma que llegó a ser estrangulada por uno de los miembros del personal. En su testimonio para el senado del estado de Utah, Hilton recuerda cómo uno de los empleados del internado solía presumir de que ella había sido la que había “roto” a Paris Hilton.
Estas experiencias horribles dejaron muchos traumas a su paso, de los que ha luchado por recuperarse desde entonces. Por eso es que la idea de dar a luz la aterrorizaba. Cada vez que tiene que ir al doctor sufre de un ataque de pánico, ya que los exámenes le recuerdan a los abusos físicos que vivió. Sus niveles de ansiedad son enormes en lo que respecta a temas de salud, por lo que no vio conveniente quedar embarazada en estas circunstancias.
También le preocupaba no contar con suficiente tiempo para llevar a cabo su embarazo de la mejor manera, debido a su apretada agenda. Pero a pesar de todas estas razones por las cuales alquilar un vientre le parecía la mejor opción, la heredera lamentaba carecer de una manifestación física que evidenciara su introducción a la maternidad. Para ello consiguió una prótesis que simulara el sentimiento de estar embarazada. Afirma que la hacía sentir mejor, teniendo un peso frente a ella que simbolizara el nuevo rumbo de su vida.
Querer simular un verdadero embarazo es un sentimiento bastante común en las mujeres que se encuentran al otro lado del trato. Muchas buscan inducir la lactancia a través de tratamientos hormonales para poder amamantar a sus hijos. Otras se sienten culpables cuando llega la hora de recibir el bebé de la mujer que pasó por el embarazo y luego encuentran difícil vincularse con la criatura. Son reacciones naturales a un proceso completamente artificial, cuyos verdaderos efectos psicológicos se desconocen hasta el día de hoy.