El director español Rodrigo Cortés, responsable de películas como Buried con Ryan Reynolds, estrena al fin Escape. Después de más de una década trabajando con actores internacionales de gran renombre como Robert De Niro, Cillian Murphy, Sigourney Weaver, Elizabeth Olsen o Uma Thurman, ahora regresa a casa. Junto a Mario Casas, presenta un thriller cuya gran singularidad es quién está tras él. El legendario Martin Scorsese, uno de los mejores directores de la historia del cine, ha ejercido de productor ejecutivo del proyecto.
En Hipertextual hemos podido hablar con Rodrigo Cortés, que nos ha explicado cómo sucedió todo. Porque, para su sorpresa, fue el propio cineasta de obras como Taxi Driver, Toro Salvaje o Uno de los nuestros quien llamó a su puerta y no al revés. "A mí no se me habría ocurrido ni en mis sueños más enfermos e insensatos ponerme en contacto con él para eso", confiesa el director de Escape.
"Entre otras cosas, porque es la razón por la que hago cine. Es mi referencia desde la adolescencia y es mi maestro en la distancia, si bien él no tenía ni idea", reconoce Cortés, que siempre se ha mostrado gran admirador del cine de Martin Scorsese. Para llegar a hacer juntos Escape, todo comenzó en 2018, cuando el neoyorkino recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes. "Me pidieron sostener con él un coloquio público. Él disfrutó mucho con el diálogo, ni la mitad que yo, por supuesto. Había visto todas mis películas e hicimos migas", recuerda.
"Tiempo después le envié el montaje de El amor en su lugar [su anterior filme] y pidió hablar conmigo. Estaba entusiasmado con la película. Me hizo un millón de preguntas que no tienen ningún sentido, porque escuchar a Scorsese hacerte preguntas a ti sobre el montaje es aún más paradójico que la premisa de Escape", bromea Cortés. Es ahí cuando el director estadounidense quiso unirse al español en su próxima aventura en los cines.
Martin Scorsese pidió producir Escape
"Me dijo que le enviara el siguiente proyecto en el que fuera a trabajar, algo que no hice porque asumí que era una declaración amable, dado que yo también le he dicho a mucha gente que tenemos que vernos más", confiesa a continuación. Para él, su relación con Scorsese ya había tocado techo. Pero el oscarizado cineasta no se dio por vencido. Y un día, el teléfono de Cortés empezó a sonar.
"Me llamaron de su oficina reclamándome el guion [de Escape]. Se lo envié, evidentemente, y a los tres o cuatro días me escribía para decirme que le había entusiasmado y que no se parecía a nada que él pudiera recordar. Que tenía un tono que él no sabía identificar y quería ayudar a que la película fuera posible. Este fue el inicio de todo", expone. "Yo hice como Julie Andrews en Sonrisas y Lágrimas y empecé a dar vueltas sobre mí mismo en un prado lleno de hierba verde", ejemplifica su reacción.
Entre productores y directores siempre existen riñas y roces. Por eso, llevar a cabo una película producida por su ídolo y referente podía resultar un reto complicado para Cortés. Pero lo que se encontró con Martin Scorsese en Escape fue algo único y muy especial. "Es infinitamente cauto, prudente y respetuoso. Supongo que lleva décadas luchando por preservar su voz en un mundo que las ahoga y no se veía a sí mismo como un ahogador de voces ajenas", comenta el director.
"Se involucra en algo que le entusiasma de forma real y profunda, de modo que él no hacía propiamente comentarios ni daba notas, sino que hacía preguntas. Y siempre se disculpaba antes de hacer la pregunta y también después de haberla hecho. Jamás me he encontrado con alguien más educado y respetuoso en el mundo de Hollywood. Además, sentía un entusiasmo casi infantil por la propia película. Su última frase cuando acabamos de hablar sobre el montaje fue: 'No toques un solo fotograma'", sentencia Cortés.
Mario Casas vuelve a dar el salto
Escape trata sobre N., un hombre totalmente roto que tiene la determinación de no tomar nunca más una decisión en su vida. Considera que el mejor lugar para vivir así es la cárcel, así que tratará por todos los medios de que le condenen a prisión. Algo que su hermana, su abogado e incluso el juez intentarán evitar a toda costa. Se trata de un papel radical para el que Mario Casas ha tenido que emplearse a fondo. "Empecé a hacerle preguntas teóricas a Rodrigo y él me cortó. Me dijo que creáramos a nuestro propio N.", nos cuenta el intérprete.
"En primer lugar, es un gran actor. Y en segundo lugar, es un insensato. Yo sentía que estaba en un momento de su carrera en que se iba a lanzar de un décimo piso sin mirar abajo y sin preguntar si había red, que es exactamente lo que hizo", celebra Cortés, feliz de haber podido contar con Casas para un trabajo tan radical como Escape. El actor, de hecho, lleva ya años regalando enormes interpretaciones que incluso le valieron el Goya en 2021 por No matarás. Desde entonces, aprecia que se le mira con otros ojos.
"Que se me valora más, sí. También te haces más mayor. Lo que hay que hacer es trabajar, esforzarse... A mí me fascina José Sacristán, me parece que las carreras están ahí. Al final, nosotros somos jóvenes, seguimos trabajando y me imagino que pasaremos por momentos en que tendremos la oportunidad de hacer una serie de personajes. Todo va por momentos. Lo suyo es mirar a alguien como Sacristán, Blanca Portillo o Juanjo Puigcorbé, pasar un rato con ellos y tener la oportunidad de rodar con este tipo de actores. Mirarlos, observar y decir: 'Vale, eso sí es una carrera, ellos sí lo han hecho absolutamente todo'. Nosotros solo estamos empezando", lo resume Casas.
Unirse a Anna Castillo
Como contraposición a N., Mario Casas contó con Anna Castillo para darle réplica en el papel de su hermana. Un rol que resulta fundamental de cara a la historia que Cortés plantea en Escape. "Ella lleva las secuencias de los dos. Y por eso también creo que Rodrigo quería a Anna desde el primer momento, decía que había escrito a Abril pensando ya en ella. Tiene un talento para el aquí y ahora, el estar fresca, el vivir. Que tengas a un tío delante que no haga absolutamente nada y conseguir empatizar, llegarle al espectador y pasar por esos lugares es muy complicado", alaba a su compañera de reparto.
"Yo creo que hay una cosa de lenguaje común. Quiero decir, aunque él esté en un lugar de muro, sí que hay un lenguaje común que tiene Mario y que tengo yo también, que es que cuando dan acción, vas a muerte. Y eso es una cosa que tiene que ver con el aquí y el ahora. Hagas el personaje que hagas, si tú estás presente de verdad, las cosas suceden. Y si tú te dejas sorprender por las cosas que suceden, lo que pasa está vivo. Entonces es verdad que mi personaje tiene que llevar el ritmo de la escena, pero creo que hay algo de ese lenguaje común que es lo que hace que funcionen las cosas", responde ella.
Escape ya está en cines.