Napoleón, la película de Ridley Scott, despertó la furia de muchos fanáticos del personaje histórico. Les molestó que el director no tuviera el más mínimo interés en representar una versión históricamente precisa de la vida del legendario emperador de Francia; optando por resumir su vida entera en poco más que un par de horas, enfocadas en su vida matrimonial. Las épicas batallas, estructuradas por la famosa estrategia de Napoleón, quedaron en segundo plano.
Stanley Kubrick pasó varios años de su vida preparando una película biográfica de Napoleón, que nunca grabó. Muchos críticos esperaban que Ridley Scott llenara ese vacío y quedaron decepcionados. Steven Spielberg sí se propuso cumplir esa misión. Se está preparando para adaptar el guion de Kubrick a la televisión con la ayuda de Christiane Kubrick, la viuda del legendario director.
En este conflicto me pongo del lado de Scott, ya que su trabajo como cineasta es conmover y entretener. La precisión histórica para él es opcional, se mantendrá siempre y cuando no obstaculice la historia que quiere contar. Como es el caso en todas las películas basadas en hechos reales.
La película de Napoleón ha cumplido su función, ya que su excelencia cinematográfica ha despertado la curiosidad histórica en millones de personas. Las batallas han sido bastante criticadas por preferir sensacionales secuencias de acción en vez de narrar lo que en verdad pasó. Pero a una película no le corresponde eso, a este artículo sí.
La pregunta principal para mí es: ¿Cómo logró someter a la mayoría de Europa? Incluso cuando en varias ocasiones todo el continente se unió para detenerlo. La clave está en la estrategia.
La estrategia maestra de Napoleón
La estrategia principal (hay bibliotecas enteras dedicadas a sus muchas estrategias bélicas) paso por paso, como se explica en el libro “How Great Generals Win” de Bevin Alexander, lo que Napoleón llamaba “batalla estratégica”:
- 1) El paso uno consiste en enviar un número importante de tropas con la misión de atacar el centro de la formación enemiga. Tan significativo como para obligar al comandante enemigo a enviar a todas o a la mayoría de sus reservas para defenderse.
- 2) Mientras la batalla se desarrolla, el comandante envía repentinamente a otro grupo de tropas a flanquear al primero, amenazando con rodear al enemigo. Un ataque por detrás o al costado siempre es más efectivo que uno frontal. La idea es que ese movimiento obligue al comandante enemigo a enviar tropas para contrarrestarlo. Como ya habrá gastado la mayoría de sus reservas en el primer ataque y se trata de una emergencia, debe verse obligado a debilitar su línea defensiva, enviando tropas de ese lado para que vayan a defender la retaguardia.
- 3) Escondido cerca de la línea defensiva del enemigo, Napoleón ya habrá ubicado una unidad (agrupando infantería, caballería y artillería) a la espera de que el comandante enemigo caiga en la trampa, sacando tropas de un sector para colocarlas en su retaguardia. Cuando esta unidad detecta esa reducción de tropas, dispara toda su artillería justo a través de ese sector que quedó debilitado. Esto abre un hueco para que entre la infantería, la cual mantendrá la brecha abierta el tiempo suficiente para que la caballería penetre con toda su fuerza. En este punto la línea enemiga se ha desintegrado, y sin estabilidad defensiva el ejército enemigo puede ser eliminado por completo.
¿Por qué era tan efectiva?
La esencia de su estrategia consistía en manipular al enemigo para que se comportara exactamente como él quería. Cuando el ejército contrario se daba cuenta de que estaba acorralado, enfrentando al ejército francés en todas direcciones, ya era muy tarde. Solo les quedaba huir, y es durante la huida que la mayoría son asesinados.
Como es el caso de muchos comandantes brillantes, tenía la habilidad de adaptar sus estrategias para superar las circunstancias adversas. Ya que en la guerra nada va a suceder exactamente de acuerdo al plan; los mejores generales disfrutan maniobrar en el caos.
Luego de muchísimas victorias militares, convertido en Emperador, Napoleón dejó la creatividad a un lado. Optando por simplemente abrumar al enemigo con su inmenso ejército, táctica que cuesta muchísimas vidas y por eso tiene fecha de caducidad. Mientras tanto, sus enemigos se habían dedicado a estudiar sus estrategias para luego implementarlas contra él, lo que lo terminó condenando. Después de Napoleón, la guerra nunca fue igual.