Se acabó la espera. Ya podemos ver Joker 2 en la gran pantalla. Aunque ese, en realidad, no es el nombre de la película. Esta segunda entrega ha sido bautizada como Folie à deux. Más allá de lo exótico que resulte el título en francés, en realidad hace referencia a un trastorno psicótico real que define muy bien la trama de la cinta.
Y es que la gran novedad de Joker 2 es que buena parte de ella es una película musical, en la que destaca la voz de Lady Gaga en el papel de Harley Quinn. La historia de amor entre ella y el Joker es una de las más emblemáticas del Universo DC y, si bien es todo ficción, podría explicarse hasta cierto punto con un trastorno real.
Del mismo modo que la risa incontrolable del Joker se explica a través de trastornos como la epilepsia gelástica o la afección pseudobulbar, lo que le ocurre a Harley Quinn podría ser un caso de folie à deux, un trastorno también conocido también como psicosis compartida. Desde luego, está claro que la supervillana comparte sus delirios con el gran enemigo de Batman. ¿Pero cómo puede ser que llegase hasta ahí?
Harley Quinn: de psiquiatra a supervillana
Al contrario que la mayoría de personajes de DC, Harley Quinn no nació en las páginas de los cómics, sino en la pequeña pantalla, como parte de la serie animada de Batman, en la década de 1990. Inicialmente iba a ser un personaje esporádico, pero caló tan bien en el público que poco a poco fue ganando más protagonismo y se perfiló mejor su historia.
En dicha historia se cuenta que Harley Quinn en un inicio era la doctora Harleen Frances Quinzel y ejercía como psiquiatra en el psiquiátrico de Arkham. Allí, quedó fascinada con la llegada del Joker hasta el punto de enamorarse de él y unirse a su causa. El amor le hizo perder la cabeza. ¿O no?
Aunque lógicamente es ficción, esta trama, así como la que vemos en Joker 2, podrían explicarse en parte a través de la psicosis compartida.
El trastorno psiquiátrico real de Joker 2
La psicosis compartida o folie à deux es un trastorno psiquiátrico, considerado actualmente como una subcategoría del trastorno delirante. A grandes rasgos, se da cuando una persona sin problemas psiquiátricos previos se contagia de la psicosis de un ser muy cercano con un trastorno psicótico diagnosticado. Por ejemplo, se han visto casos entre hermanos.
A menudo la persona con el trastorno es alguien dominante en una familia o con una gran relevancia en la vida de la otra persona. Su nexo de unión es tan grande que la persona con el trastorno acaba convenciendo de sus delirios a la otra. Afortunadamente, casi siempre la persona contagiada deja atrás la psicosis cuando se separa de la otra parte de la pareja. Eso no quiere decir que no deban verse nunca más, ni mucho menos. Pero sí es recomendable que, mientras se trata farmacológicamente a quien sí tiene el trastorno, la otra persona se aleje. De ese modo, su psicosis puede desaparecer sin necesidad de tratamiento en la mayoría de casos.
Finalmente, la película no se centra tanto en la folie à deux. No obstante, es cierto que el modo en el que Harley se deja llevar por Arthur en El Joker 2 es algo poco habitual.
Lo que está claro es que los delirios de los dos personajes están muy unidos entre sí y que todo empieza con el Joker. Por eso, los creadores de Joker 2 decidieron que Folie à deux era el nombre perfecto para la película.