Intel tuvo en sus manos la posibilidad de comprar NVIDIA a precio de ganga, pero la dejó escapar. Una decisión que, vista a la distancia, seguramente genere lamentos en la chipera con sede en Santa Clara, California. Después de todo, el gigante verde ha dejado de ser un mero desarrollador de tarjetas gráficas para PC y se ha convertido en la máxima referencia global en lo que refiere a hardware avanzado de inteligencia artificial. Una evolución que le ha permitido posicionarse como la segunda empresa de mayor valoración del mundo, solo detrás de Apple.
Según reporta The New York Times, fue Paul Otellini, el por entonces CEO de Intel, quien propuso comprar NVIDIA en 2005. En ese momento, la firma de Jensen Huang ya llevaba más de una década en actividad, pero aún estaba muy lejos de ser lo que conocemos en la actualidad. Sin embargo, la iniciativa no obtuvo el apoyo necesario del resto de los ejecutivos.
La junta de Intel se negó a avanzar con la propuesta de Otellini, una transacción que podría haber costado hasta 20.000 millones de dólares. El citado medio indica que existía resquemor por la cifra, pues habría implicado la compra más cara en la historia de la corporación. Asimismo, Intel habría desconfiado de la oportunidad debido a que algunas adquisiciones anteriores no habían resultado tan exitosas como se esperaba.
Si bien por ese entonces NVIDIA se dedicaba principalmente a las GPU para ordenadores con un enfoque vinculado al gaming, sus productos no tenían el alcance masivo de hoy en día. Otellini y otros directivos de Intel consideraban que, si bien ese hardware tenía una implementación de nicho, la tecnología subyacente presentaba un potencial interesante para su adopción en centros de datos.
A pesar de las explicaciones, la junta de Intel se mantuvo firme en su postura y el por entonces CEO abandonó el proyecto de adquisición. Lo que no se indica es si Paul Otellini llegó a expresar un potencial interés de compra a NVIDIA, o si la cuestión se limitó a manifestarle su deseo a la cúpula directiva de su propia empresa y no mucho más.
Otellini había asumido como director ejecutivo de la chipera en ese mismo 2005, como reemplazante de Craig Barrett. Ejerció el cargo hasta 2013 y un hito de su gestión fue trabajar con Apple en la transición de PowerPC a Intel en los Mac.
Intel no compró NVIDIA para centrarse en sus propios desarrollos
Si bien Otellini creía que la tecnología de NVIDIA podía ser crucial tanto para los consumidores como para su adopción en los centros de datos, Intel optó por ir en otra dirección. The New York Times reporta que la chipera destinó varios cientos de millones de dólares al desarrollo de Larrabee, una nueva arquitectura gráfica que sacaba provecho del diseño que la compañía usaba para los procesadores de PC. El proyecto estuvo a cargo de Pat Gelsinger, hoy CEO de la corporación, pero no funcionó y se canceló definitivamente en 2009.
Desde aquel lejano 2005 hasta la actualidad, el panorama de la industria tecnológica ha cambiado considerablemente. Intel sigue siendo una de las máximas referencias en el mercado de chips para ordenadores y soluciones empresariales, y eso no se discute. Pero no es ni por asomo el dominador absoluto de décadas pasadas.
En los últimos años, la explosión de las alternativas basadas en ARM comenzó a golpear fuerte a la firma californiana. No solo por la aparición en escena de rivales como Apple Silicon o el Snapdragon X Elite, sino porque grandes corporaciones como Google, Microsoft y Amazon han comenzado a desarrollar sus propios chips de IA basados en dicha tecnología para impulsar sus datacenters.
NVIDIA, en tanto, se ha visto beneficiada por el boom de la inteligencia artificial generativa. Sus aceleradores y servidores especializados se han convertido en las piezas de hardware más codiciadas del sector. La empresa que dirige Jensen Huang es hoy la segunda más importante del mundo, solo detrás de Apple, con una valoración que supera los 3,4 billones de dólares al momento de escribir este artículo.
Esto significa que hoy NVIDIA vale 150 veces más que aquellos $20.000 millones que Intel pudo haber pagado en 2005 para comprarla. A su vez, vale unas 30 veces más que Intel, que en este momento no llega a los 95.000 millones de dólares de marketcap.
Por supuesto que en esta historia hay mucho de "¿Qué hubiera sucedido si...?". Nadie puede garantizar que NVIDIA hubiese podido crecer de la misma forma estando bajo el ala de Intel. Ni tampoco que la chipera hubiese sido capaz de aprovechar al máximo la por entonces incipiente tecnología del gigante verde. Pese a ello, es interesante analizar los vaivenes de la industria tecnológica a lo largo de las décadas.
Hoy Intel se encuentra en un momento bastante complejo. La empresa se ha metido en el juego de la IA con sus procesadores Gaudi, pero está lejos de NVIDIA. Tiempo atrás se rumoreó que Qualcomm estaría interesada en adquirirla, lo cual podría ser un auténtico bombazo para el sector. La semana pasada, en tanto, se alió con AMD para formar un grupo asesor que ayude a mantener la innovación en la añeja plataforma x86.