El predecesor del Pixel 7a me dejó un regusto agridulce. Era un Pixel. ¿Y a quién no le gustan los Pixel? Son teléfonos con un software limpio, perfectamente integrados en el ecosistema de Google, con una cámara generalmente brillante, etc.
Sin embargo, aquel Pixel 6a también tenía facetas que, personalmente, no terminaban de convencerme –como la tasa de refresco de la pantalla, que permanecía en 60 Hz mientras que el grueso de rivales llegaban a 90 o incluso 120 Hz, o algunas decisiones estéticas–. Eso hacía que el Pixel 6a fuese un teléfono altamente recomendable para un grupo determinado de personas, pero quizá no tanto para el resto.
Mi principal inquietud antes de empezar a probar el Pixel 7a, por lo tanto, era simple: ¿estaría de nuevo ante un fruto de gusto no tan dulce como me gustaría o encontraría en esta versión un conjunto más redondo? Una duda que inevitablemente da paso a una segunda pregunta: ¿a quién debería recomendar este teléfono considerando el panorama actual en el mercado?
Y con eso en la mente, me puse a trabajar.
Google Pixel 7a
La mejor cámara de su segmento, un diseño atractivo, el software más limpio y homogéneo, integración perfecta con el ecosistema de Google y detalles interesantes como la carga inalámbrica. El Google Pixel 7a es uno de los mejores móviles que puedes comprar en 2023.
Los dos puntos más fuertes del Pixel 7a
El punto más fuerte del Pixel 7a es, sin duda, su cámara. ¿Acaso alguien esperaba algo distinto? La empresa estadounidense lleva años destacando en este campo tanto con sus productos de alta gama como con los más económicos. Y este modelo no es una excepción a esa norma.
En este caso encontramos múltiples novedades. Estrena un sensor principal de 64 megapíxeles más grande que el del modelo anterior; monta un gran angular de 14 megapíxeles; y cuenta con una cámara selfie de 13 megapíxeles de resolución. Todas ellas graban, además, vídeo en 4K –aunque solo el sensor principal lo hace también a 60 FPS–.
La magia fotográfica de los Pixel, no obstante, no reside en los sensores, sino en el trabajo de procesamiento que hace el teléfono. Y ahí el Tensor G2 es una pieza fundamental. La cámara del Pixel 7a es, gracias a esta combinación de elementos, más rápida, más capaz y, sin duda, mejor.
Por ejemplo: el Pixel 7a no tiene una cámara teleobjetivo que permita hacer zoom sin pérdida de calidad de manera óptica; pero la combinación del sensor de 64 megapíxeles con los algoritmos Super Zoom impulsados por el Tensor G2 sí permiten llegar a un zoom de hasta 8 aumentos con una calidad superior a lo habitual en este tipo de ampliaciones digitales.
Lo mismo sucede en condiciones adversas de luminosidad, que es donde las buenas cámaras marcan realmente la diferencia. La combinación de elementos que Google ha reunido en este teléfono hacen que sea, sin duda, el móvil con mejor cámara de su segmento. El tratamiento del color, el equilibrio entre zonas oscuras e iluminadas, la gestión del ruido y la nitidez… Ningún otro producto de unos 500 euros logra tan buenos resultados.
En todo momento, eso sí, hablo de fotografía. En el caso del vídeo, si bien cumple, sí es cierto que se queda en una posición más parecida a la de otros productos de la competencia. Es decir: cumple, pero no brilla como en el caso de la fotografía estática.
Google, por otra parte, combina estos excelentes con una experiencia fotográfica muy cuidada. El teléfono, de manera nativa, permite captar imagenes en RAW, deshacer el blur de esas fotos que están movidas, eliminar elementos indeseados con pocos toques sobre la pantalla, hacer fotografías de larga exposición, ajustar por separado las luces, sombras y temperatura de color antes de tomar la fotografía y con una previsualización en tiempo real… Funciones útiles tanto para los más expertos como para aquellos que hacen un uso más amateur de la cámara del teléfono.
Otro de los puntos fuertes del Pixel 7a es, para variar, su software. Tenemos la última versión de Android, actualizaciones de manera constante, una estética homogénea basada en todo momento en Material You –nada de interfaces heterogéneas–, un buen rendimiento y una excelente integración con los servicios de Google. Y con esto no solo me refiero a básicos como Gmail o Drive, sino también a otros servicios como la VPN de Google One de la que pueden disfrutar estos dispositivos o las funciones de edición avanzada de Google Photos.
Dando pasos adelante también en lo demás
La pantalla del Pixel 7a, por otra parte, tiene un tamaño de 6,1 pulgadas que resulta bastante cómodo de usar. Emplea tecnología AMOLED, tiene una resolución Full HD+, alcanza un brillo más alto que en el modelo previo y, a diferencia del Pixel 6a, sí va más allá de los 60 Hz. Como decía en la introducción, la ausencia de una tasa de refresco superior fue uno de los puntos más débiles de su predecesor. Por lo tanto, me alegra ver que este al fin ha sido resuelto con un panel de 90 Hz.
El salto a los 90 Hz hace que todo se sienta más fluido (scroll, animaciones, etc.) y enriquece la experiencia de uso del teléfono en todo momento. Eso sí: aunque se agradezca como agua de mayo esta mejora, no debemos obviar que otros teléfonos de precio similar llegan hasta los 120 Hz –como el recién presentado Poco F5–.
¿Debes preocuparte por esta carencia? Probablemente no. El salto de 90 a 120 Hz es mucho menos notorio que de 60 a 90 Hz. Y, aunque me hubiese gustado que Google rematase el pastel con esta prestación, la realidad es que muchos de los que acaben comprando este producto probablemente no hubiesen apreciado la diferencia.
Más allá de la tasa de refresco, el panel del Pixel 7a cumple sin problemas con lo que se espera de un producto de esta categoría. Buen tratamiento de color –especialmente cuando se activa el modo más neutro en los ajustes–, buen nivel de brillo, un contraste excelente gracias a la tecnología OLED, etc.
Otro punto relevante del Pixel 7a es el Tensor G2. Es el mismo chip que encontramos en los Pixel 7 de gama superior. Y ofrece un rendimiento fantástico en el día a día: suave, homogéneo, etc. Además, abre la puerta a muchas de las funciones que hacen especiales a los Pixel en campos como la fotografía, la seguridad o la inteligencia artificial.
Si nos centramos únicamente en la CPU y GPU, el rendimiento que entregan de manera aislada es lo suficientemente bueno como para quedar satisfecho. Eso sí: existen chips de la competencia (como el recién anunciado Qualcomm Snapdragon 7+ Gen 2) que entregan un rendimiento algo superior en varias pruebas. ¿Cuán relevante es la diferencia? Depende de lo que hagas con el teléfono. Si pasas horas jugando a Geshin Impact, entonces será sin duda importante. Si, en cambio, usas el móvil para comunicarte, hacer fotografías o trabajar, quedarás más que satisfecho con las capacidades del Tensor.
En lo que respecta al diseño, Google ha mantenido la misma línea que encontramos en los Pixel 7 de gama superior. Y es un acierto. En imágenes, apenas se detectan diferencias entre el Pixel 7a y el Pixel 6a. Sin embargo, Google ha implementado una serie de modificaciones que, si bien son menores, tienen un gran impacto en la percepción global del producto una vez se tiene en la mano, se usa y se observa en persona
La primera de ellas es la apariencia del módulo fotográfico posterior. En lugar de ser una franja de cristal oscura, Google ha recubierto la mayor parte de este con una lámina de aluminio que se funde con el lateral del teléfono. Y, como dije con el Pixel 7 Pro, es una solución estética muchísimo más convincente y refinada.
Por otra parte, la marca ha dicho adiós a los acabados traseros en dos colores y ha presentado una gama cromática realmente acertada. Además, ha tintado el marco lateral del mismo color que la trasera del teléfono, lo cual es todo un acierto.
La unidad que he probado es en blanco –la más atractiva, en mi opinión–, aunque el resto de modelos (azul, coral y grafito) son también una gran elección. Sin duda, mucho mejor elección que el espectro de color que la marca presentó en años anteriores.
En relación al diseño, merece la pena destacar la certificación IP67 frente a polvo y agua que presenta este teléfono, un atributo que no abunda en su gama y, sin embargo, supone un extra de tranquilidad.
Lo mismo sucede con la carga inalámbrica, que no abunda en esta gama y, por primera vez, está disponible en el Pixel más económico. Si el cargador es compatible, puede llegar a un máximo de 7,5 vatios –suficiente para nutrir la batería durante la noche o en la oficina–. Y para una carga más rápida, siempre se puede conectar el cargador de cable para obtener hasta 18 W.
La batería, por otra parte, tiene una capacidad de 4.385 mAh. Puede parecer pequeña considerando los 5.000 mAh a los que marcas como Xiaomi nos tienen acostumbrados. Pero es importante hacer dos apreciaciones.
- La primera es que este teléfono es de 6,1 pulgadas, mientras que la mayoría de móviles que montan una batería de 5.000 mAh tienen pantallas más grandes. El espacio disponible para insertar la batería, dadas estas dimensiones, es inevitablemente menor.
- Y en segundo lugar, esos casi 4.440 mAh son capaces de entregar una jornada de uso ininterrumpida sin preocupaciones. No es el referente en este campo, pero sí supera sin problemas la barrera de lo que consideraríamos como “notable”.
¿Merece la pena el Pixel 7a?
Tras haber probado el Pixel 7a durante varios días, me alegra haber encontrado un móvil que pule esas aristas que no me convencieron del modelo anterior y, además, va un paso más allá en áreas como la fotografía, donde Google ya reinaba de por sí.
Por lo tanto, y respondiendo a la pregunta que planteaba al inicio de este artículo, sí, este es sin duda un producto más redondo que su predecesor. Es más: si tuviera que comprar un móvil de unos 500 euros en la actualidad, es bastante probable que este fuese mi primera opción.
Eso sí: es importante tener en cuenta que, pese a ser un equipo convincente, tiene sus limitaciones. El Tensor G2 no es el chip más avanzado que podemos encontrar en este segmento, el sistema de carga podría ser aún más rápido y la pantalla podría llegar a los 120 Hz, por ejemplo.
La clave es que esas inferioridades se ven sin duda compensadas por la gran experiencia que entrega en el plano del software, su diseño atractivo, los pequeños agregados (como la carga inalámbrica o la certificación IP67) y, sobre todo, la mejor cámara de fotografías que puedes encontrar por unos 500 euros.
Google, en resumen, ha puesto sobre la mesa un producto equilibrado en líneas generales y brillante en campos en los que la competencia no suele destacar. Una fórmula diferente que hace que este dispositivo, bajo mi criterio, sea el único que realmente puede amenazar la hegemonía de Xiaomi en España.