En Hipertextual nos encantan las historias sobre individuos que desafiaron todas las convenciones, arreglándoselas para vivir varias vidas en una. Suelen ser una medicina efectiva para contrarrestar la procrastinación. Porque te hacen pensar: "Oye, si este tipo fue capaz de graduarse con honores de Princeton mientras jugaba béisbol en las grandes ligas y luego, cuando se convirtió en espía para la OSS, le encargaron la misión de asesinar al principal científico nuclear de los Nazis...pues quizás yo debería ponerme a terminar mi tesis". La historia de vida de Audie Murphy lleva esto a otro nivel.
El séptimo de doce hijos, Audie Murphy nació el 20 de junio de 1925 en una pequeña comunidad rural de Texas. Su familia se dedicaba a la parcería y su padre desaparecía cada cierto tiempo, hasta que una vez no volvió más. Por eso Murphy abandonó la escuela cuando cursaba el quinto grado para conseguir un empleo recogiendo algodón. Pasaba su tiempo libre cazando con un rifle para complementar la dieta de su familia. Durante el resto de su infancia y adolescencia trabajó en diversas tiendas como ayudante.
Cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor y la máquina de guerra estadounidense estaba preparándose para el contraataque más fulminante de la historia, Audie Murphy tenía solo dieciséis años y su madre acababa de morir. De todas maneras decidió enlistarse, solo para ser rechazado por su corta edad y pequeña estatura tanto por el Ejército, como por la Marina y una vez más por los Marines. No fue hasta que su hermana compuso una declaración jurada afirmando falsamente que Audie en realidad había nacido un año antes, que las fuerzas armadas aceptaron su solicitud. Nadie esperaba que ese muchacho se convertiría en el soldado más condecorado en la historia del país.
Audie Murphy se convierte en héroe de guerra
Luego de completar su entrenamiento, Murphy fue enviado a Italia, donde colaboró en la invasión de Sicilia. Inmediatamente se encontró bajo peligro mortal, matando a dos oficiales italianos durante una misión de exploración. Más tarde, en Salerno, él y un par de soldados fueron emboscados por alemanes, estos lograron matar a uno de los americanos antes de que Audie y el otro sobreviviente contraatacaron con sus metralletas y lanzando granadas, acabando con las vidas de cinco soldados Nazis. Por su valentía en estos y otros combates, el joven guerrero fue ascendido al rango de sargento.
El año siguiente, en 1944, Audie Murphy recibiría la Cruz por sevicio distinguido a causa de este incidente: luego de desembarcar en Francia, su pelotón se encontraba cruzando un viñedo cuando balas comenzaron a volar en su dirección. Murphy rápidamente se hizo con una ametralladora que se había quedado atrás y le devolvió el fuego a los alemanes, matando a dos e hiriendo a uno. Luego de eso, dos Nazis emergieron de una casa cercana, fingiendo rendirse. Cuando el mejor amigo de Audie en ese momento se acercó a ellos, estos lo mataron a tiros. Murphy tomó acción de inmediato. Avanzó en soledad hacia la casa, bajo denso fuego, logrando matar a seis soldados, herir a dos y tomando a once prisioneros.
Se convirtió en el soldado más condecorado en la historia de los Estados Unidos por una razón, la lista de hazañas similares a esta es interminable, pero hablemos de la más épica de todas. Una fuerza de más de 30.000 soldados alemanes estaba atrincherada en la ciudad francesa de Colmar. El lugar tenía una importancia estratégica enorme, ya que representaba el último asentamiento alemán en Francia. Si los aliados lo tomaban, tenían el camino despejado hacia el corazón de los Nazis. Si estos mantenían su dominio de la zona, sería el puesto de avanzada perfecto para someter a los ejércitos aliados vulnerables y comenzar a empujarlos de vuelta al canal inglés, como había sucedido en Dunkerque. Afortunadamente, el pelotón de Audie Murphy fue asignado a esa zona.
El regimiento de Murphy recibió la orden de relevar a una unidad que había quedado bastante magullada luego de haber sido tomada por sorpresa por los alemanes. Su pelotón recibió un ataque contundente, en el que 102 de sus 120 hombres resultaron heridos, mientras que todos los oficiales perecieron, excepto uno, el recién ascendido teniente Murphy. Él y los sobrevivientes se retiraron hacia las profundides del bosque con la intención de cavar una trinchera que les permitiera resistir la avanzada, pero el suelo estaba demasiado congelado para eso. Lo único que les quedaba era defender su posición desesperadamente a la espera de los refuerzos.
A las 2 de la tarde del día siguiente, seis tanques acompañados por 250 tropas de élite alemanas asaltaron la posición de Murphy y sus hombres. Él tenía dos herramientas para frenar su avance, un radio con el cual solicitar ataques de artillería y las ametralladoras que estaban montadas sobre los pocos destructores de tanques con los que contaba. Con la mayoría de sus hombres incapacitados para asistirlo, el destino de todos dependía de su astucia. Los Nazis lograron inutilizar los destructores de tanques, luego de fuertes rafagas de cañonazos. Para ese punto, solo quedaba correr o morir. Audie se ubicó en la retaguardia, dispuesto a cubrir la retirada de sus tropas hasta que el último hombre lograra ponerse a salvo. Mientras sus soldados se preparaban para correr, Murphy se montó sobre uno de los destructores de tanques que estaba prendido en fuego, tomó control de la ametralladora y comenzó a disparar.
Audie Murphy pensó que los tanques enemigos no iban a poder avanzar sin apoyo de la infantería, por lo que concentró su fuego solamente en los soldados. Tenía razón. Luego de arrazar con muchas de las tropas enemigas, los tanques se vieron obligados a retroceder. Murphy logró esto mientras los proyectiles disparados por los tanques explotaban a su alrededor. Solamente hacía pausas para recargar el arma o para ordenar más fuego de artillería. Agobiados, los Nazis se fugaron del lugar. Audie abandonó su posición para reunirse con sus hombres. A los pocos minutos, la torreta que había estado operando explotó y salió volando por los cielos.
Rápidamente comenzó a organizar un contraataque para recuperar la posición que habían perdido. Lograron resistir allí toda la noche y los refuerzos llegaron la mañana siguiente, así estos pudieron retomar todo ese territorio con facilidad. Se calcula que Murphy mató o hirió a más de 50 alemanes durante esa heróica hazaña. Más importante todavía, salvó las vidas de los más de cien soldados bajo sus órdenes. Por esto fue premiado con la condecoración más alta de todas, la Medalla de honor, acompañada por la Legión del mérito.
Audie Murphy se convierte en estrella de cine
Audie Murphy volvió a su país cubierto de medallas, sus hazañas habían sido tapa de diario en múltiples ocasiones y todos los periodistas querían entrevistarlo. Cuando el actor y productor James Cagney vio su foto en la portada de la prestigiosa revista Life, le propuso llevarlo a Hollywood. Comenzó con entrenarlo en actuación, dicción y baile, para luego ofrecerle un contrato. La asociación no llegó a ningún sitio, pero Audie había entrado en el mundo de la actuación y le gustó lo que vio. Continuó desarrollando sus habilidades como actor, siendo guiado por la famosa profesora Estelle Harman, hasta que en 1949 protagonizó su primera película, Bad Boy, un drama sobre un delincuente juvenil luchando por sobrevivir en la cárcel.
Firmó un contrato con Universal Studios para protagonizar siete películas, había alcanzado el estrellato. Audie Murphy participaría en más de cuarenta filmes, en su mayoría Westerns, pero su mayor éxito sería To Hell and Back, una cinta basada en su autobiografía. Hecho que inspiró la trama de Frederick Zoller en Bastardos sin gloria de Quentin Tarantino. El autor del libro en el que se basó Rambo también tomó inspiración de la vida de Murphy.
To Hell and Back se convertiría en el éxito financiero más grande de la historia de Universal (fundado 43 años antes del estreno de la película en 1955) y mantendría ese record por otros veinte años hasta que fue roto por Tiburón. Resulta bastante difícil imaginar cómo se sentiría ser Audie Murphy. Antes de la Segunda Guerra Mundial era un adolescente huérfano, pobre y pequeño. Volvió de Europa ostentando el título del héroe de guerra más grande de la historia, a pesar de solo tener veinte años. Luego no dudó en probar suerte en Hollywood, convirtiéndose en una de las estrellas de cine más cotizadas de la época. Se dice que, a pesar de que se sentía orgulloso de sus logros, también cargaba con mucha culpa por las personas que había matado.
Audie Murphy batalló con el Síndrome de estrés post-traumático durante toda su vida (en ese entonces se le llamaba "fatiga de batalla"). Sufría de insomnio, depresión y solía dormir con una pistola cargada bajo su almohada. Se volvió adicto a las pastillas para dormir ya que estas aliviaban las pesadillas que lo atormentaban. Sus problemas emocionales acabaron con su primer matrimonio, ya que su esposa no pudo lidiar con los frecuentes y violentos arrebatos de Murphy.
La tragedia ocurrió el 28 de mayo de 1971, cuando una tormenta empujó al avión de Murphy contra una montaña, causando su muerte y la de los otros cinco tripulantes. Por haber ganado la medalla de honor, a Murphy le correspondía que las letras de su lápida fueran grabadas en oro. Sin embargo, el honorable guerrero rechazó ese beneficio, optando por ser enterrado como un soldado común y corriente.
Audie Murphy nunca olvidaría la muerte de su madre. Sobre ella diría: "Murió cuando yo tenía dieciséis años. Tenía el cabello más hermoso que he visto. Casi tocaba el suelo. Rara vez hablaba; y siempre parecía que estuviera buscando algo. Qué buscaba, no lo sé. No discutíamos nuestros sentimientos. Pero cuando murió, se llevó con ella algo mío. Supongo que lo he estado buscando desde entonces".