Con Echo, Marvel Studios aspira a romper la tendencia de sus últimos años. Poco a poco, ha ido perdiendo el interés del público con historias faltas de calidad y tramas demasiado conectadas. En esta ocasión han querido ser totalmente rupturistas y abogar por un tono muy oscuro, urbano y violento. Un regreso a la fórmula que tan bien funcionó en Netflix con aquel pequeño universo cinematográfico de Daredevil, Jessica Jones, The Punisher y compañía.

Para hacerlo, han optado por narrar en cinco episodios -estrenados por primera vez de manera simultánea- la historia de Maya López. Esta joven debutó en el UCM en la serie Ojo de Halcón como una villana secundaria. Es una espectacular luchadora en el cuerpo a cuerpo cuyas particularidades son que es coja, sorda, de origen indígena y, sobre todo, sobrina adoptiva de Kingpin. En el final de aquellos episodios, descubría que su tío era el asesino de su padre. Por ello, le metía un disparo a bocajarro en la cara. Ahora, buscará escribir su propio destino y reconectar con las raíces de sus ancestros.

ECHO

Marvel busca la ruptura total con Echo a través de un tono violento y mucho más adulto que deja destellos de brillantez. Sin embargo, la escasa ambición de su trama principal, plana y sosa, y el pobre desarrollo de sus personajes lastran una propuesta que podría haber aspirado a copar los rankings del UCM más recientes.

Puntuación: 3.5 de 5.

Bajar al barro

Lo primero que hay que decir sobre Echo es que cumple con creces su promesa. La serie se aleja por completo de lo visto hasta ahora en el Universo Cinematográfico de Marvel. Todo en ella es muy adulto, desde los dramas familiares hasta, por supuesto, las escenas de acción. En una franquicia que en los últimos tiempos ha apostado por el chiste fácil y la narrativa más básica posible, el cambio se aprecia sobremanera. Los personajes se comportan de acuerdo a unos códigos mucho más terrenales, lo que se agradece.

Echo

Pero donde de verdad brilla ese tono es en la acción. Desmesurada, violenta y brutal, Echo da lo que se esperaba de ella. Secuencias llenas de adrenalina donde la sangre corre a borbotones de manera muy explícita y dura. El equipo ha abogado por mantener un aspecto salvaje al estilo de las mejores películas y series del género. La influencia de Daredevil es clarísima, con coreografías muy dinámicas en las peleas contra matones callejeros y sicarios. Amén de un genial plano secuencia cuando aparece el propio Hombre sin Miedo, como viene a ser habitual.

¿Independiente del UCM?

El otro gran objetivo de Marvel con Echo era ser capaces de ofrecer un producto que no conllevase un esfuerzo previo por parte del espectador. En su UCM todo está relacionado entre sí, pero para Echo sacaron un nuevo sello, Marvel Spotlight. La premisa era que, cuando una película o serie lo llevase, significaría que podía disfrutarse sin necesidad de haber visto nada antes. Y esto lo cumple solo a medias.

Echo no deja de ser un spin-off de la serie Ojo de Halcón. Su protagonista comienza a desarrollarse en aquella. Y, como tal, no puede desligarse por completo de la evolución que recibió en dichos episodios. Porque en ellos fue presentada como la mano derecha de Kingpin, pero acababa traicionándole. Esa decisión es el eje central sobre el que pivota la nueva serie, es el punto de partida. Y la solución para evitar que los fans tengan que verla con anterioridad no es la más orgánica.

El primer episodio de Echo es, literalmente, un prólogo en el que se resume su historia. Un montaje aceleradísimo de escenas sueltas en las que vemos lo que hace falta para entenderla. Cuando se anuncia un sello como Spotlight con la idea de hacer proyectos independientes, esto no debería ocurrir. Deberían ser independientes de verdad, no conectados por un sumario. Y lo mismo puede decirse de sus puntos de unión con la serie de Daredevil.

Echo / Wilson Fisk / Kingpin

Quien no haya visto el exitoso producto que Netflix estrenó en 2015 apenas llega a vislumbrar por qué Kingpin es tan temible. Tampoco entenderá quién es ese tipo vestido de granate y con un casco con cuernos que se enfrenta a Maya en el primer capítulo. El superhéroe no tiene mayor trascendencia en la serie, pero Fisk sí. El tío de Maya es la sombra que guía toda su conducta. Es quien se roba cada escena y hace que la serie gane muchos enteros. Y, en última instancia, es quien provoca todo lo que pasa en Echo, aunque sea de forma indirecta. Por eso, no puede obviarse todo su pasado, toda la construcción que Marvel había hecho antaño de tan terrible antagonista.

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Echo es muy irregular

Pero si hay un fallo importante en Echo es su propio guion. Aunque el tono adulto le sienta de fábula, hay que acompañarlo de una historia interesante. Y la de Maya, por momentos, no lo es. El problema está en que se hace demasiado dispersa. En algunas escenas parecen querer hablarnos de cómo sus raíces la impulsan a regresar al hogar. La historia de los ancestros, cuyo componente sobrenatural puede enganchar a los aficionados al Marvel más fantástico, funciona por un lado. Además, el compromiso de autenticidad con la Nación Choctaw queda perfectamente plasmado en la pantalla, destacando por encima de otras producciones que tratan la temática de manera más genérica y superficial.

ECHO 2024

Pero luego está el objetivo real de Maya de encontrar su sitio y hacerse con el control de la mafia y el imperio que otrora gobernaba Kingpin. Es aquí donde los fans tenían depositadas sus esperanzas para encontrar una historia urbana y cruel al estilo Netflix. Por desgracia, es una narrativa demasiado plana. Echo pretende tener más capas de profundidad de las que realmente tiene.

Además, la fusión de ambas vertientes de la serie hace que el interés se diluya en escenas salteadas. Si a eso se le suman personajes secundarios vagamente presentados y desarrollados, el resultado final es bastante mejorable. A ratos, Echo resulta tediosa, aburrida y parece no avanzar en su trama principal, atascándose en nimiedades que al espectador medio ni le van ni le vienen. Lo compensa con su acción y dinamismo, pero no es ni mucho menos tan redonda como se anticipaba.

En resumen, Echo se queda un poco por debajo de lo esperado. Por momentos brilla sobremanera con sus escenas de acción. Además, personajes como Kingpin aumentan el nivel con cada aparición. Pero en líneas generales, la historia no consigue generar el interés suficiente para considerarla uno de los grandes éxitos de la compañía. El esfuerzo por ser rupturistas con el tono adulto es loable y se agradece enormemente, pero tenía que estar acompañado de un mejor guion.