Diablo IV está de regreso con Vessel of Hatred, una nueva expansión que apuesta por conquistar a los fanáticos del RPG de acción. A más de un año del lanzamiento del juego original, Blizzard ha efectuado cambios importantes a lo largo de cinco temporadas. Si bien este esquema ha probado su eficacia para mantener la frescura del juego, una expansión siempre es necesaria para introducir nuevas mecánicas, clases y un modo historia que le dé continuidad a la trama.
Vessel of Hatred es la culminación de una montaña rusa para Diablo IV. Tras un lanzamiento exitoso, Blizzard se las ingenió para perder la confianza de los usuarios con ajustes innecesarios. Los desarrolladores prometieron cambios y fue hasta la Temporada 4 (Botín Renacido) que cumplieron con un juego con mecánicas renovadas que reformaban por completo el sistema de objetos.
La nueva expansión se construye sobre esas bases y llega con agregados interesantes, como una nueva clase, un sistema de mercenarios inspirado en Diablo III, nuevos calabozos y zonas para subir de nivel y obtener equipo. En Hipertextual hemos tenido oportunidad de jugar la versión final del Vessel of Hatred por muchas horas y concluimos que tiene todos los elementos para convertirse en un éxito.
¿Qué debes saber antes de jugar Vessel of Hatred?
La historia de Vessel of Hatred se ubica después de los sucesos ocurridos en Diablo IV. Si no has terminado el juego, es un buen momento para hacerlo. Si no te interesa, existe una opción para saltarse la campaña, pero te perderías una parte importante, ya que el final del juego original transforma a Santuario y sus habitantes.
SPOILERS: La expansión parte con un video en el que Lorath cuenta el conflicto entre Lilith y el Arcángel Inarius. Mephisto, quien decide aliarse con nuestro personaje en Diablo IV, no logra su cometido y termina aprisionado por Neyrelle. Es esta última quien toma la decisión de acabar con él para siempre, pero su misión es más compleja de lo que parece.
La carga que lleva Neyrelle es parecida a lo que vimos con Frodo en El Señor de los Anillos. El cristal consume su cuerpo y alma lentamente, por lo que deberemos actuar antes de que sea demasiado tarde.
La Espiritualista es la clase más flexible de Diablo en mucho tiempo
La principal novedad de Vessel of Hatred es la nueva clase Espiritualista (Encarnaespíritu, si lo juegas en español de América Latina). Esta clase es una mezcla de Druida con Bárbaro que utiliza cuatro animales (espíritus) para potenciar sus ataques. Los jugadores pueden combinar estas habilidades y crear una clase mixta para adaptarla a su estilo de juego.
La expansión mantiene el mismo sistema de árbol de habilidades de Diablo IV, en el que los usuarios desbloquean ataques añadiendo puntos cada que suben de nivel. Vessel of Hatred no restringe el cambio de habilidades, aunque cobra una pequeña cuota por hacer el respec. Esto permite experimentar con combinaciones de ataques o movimientos defensivos de los cuatro espíritus hasta encontrar la configuración adecuada a tus necesidades.
Otra característica de la Espiritualista es el Salón de los Espíritus, una mecánica en la que puedes elegir un espíritu como Guardián y otro como soporte. Esta función añade habilidades pasivas a tu personaje, que potenciarán su ataque o defensa dependiendo del espíritu elegido. El Guardián también tiene influencia con el herrero, puesto que permite añadir bonificaciones al forjar armas o armaduras.
Habiendo invertido cientos de horas con un Bárbaro en Diablo IV, el cambio a Espiritualista ha sido más que placentero. La nueva clase te da la velocidad que necesitas para moverte y esquivar los golpes sin sacrificar la potencia. Aunque Diablo siempre ha ofrecido opciones para diferentes tipos de jugador, la nueva clase es flexible y permite adaptarla a tu estilo bajo la marcha y sin tener que iniciar otro personaje de cero.
Más enemigos y un grupo de mercenarios para acabar con ellos
Con la Espiritualista llega Nahantu, una nueva región ubicada al sur de Santuario que se aleja de la tonalidad roja y marrón que caracterizan a Diablo IV. El hogar de los Espiritualistas es una jungla llena árboles, cascadas y ruinas inspiradas en las civilizaciones Mexica y Maya. El jade y oro son evidentes en las armaduras y generan un contraste atractivo, mientras que las ciudades están llenas de referencias a nombres o elementos que los habitantes del sur de México identificarán.
En términos de jugabilidad, Nahantu incluye nuevos enemigos que se vuelven una pesadilla si no aprendes a manejarlos. En este aspecto, Vessel of Hatred se siente mucho más agresivo que Diablo IV, con hordas que alcanzan en número a lo que vimos en los actos finales de Diablo III.
Las emboscadas en los eventos temporales o con los jefes de calabozos generan tal adrenalina en dificultades superiores que vencerlas será todo un deleite. La buena noticia aquí es que Vessel of Hatred echa mano de una opción que te ayudará a sobrellevar la aventura: los Mercenarios. Esta mecánica de Diablo III vuelve en la expansión y permite reclutar uno de cuatro mercenarios, cada uno con capacidades distintas.
Los mercenarios suben de nivel y reciben puntos que puedes canjear por habilidades. También generan una afinidad con el jugador a medida que combaten a tu lado, la cual desbloquea bonificaciones. El único inconveniente es que solo puedes activar a un mercenario, aunque existe la opción de invocar a otro de forma breve cuando lances un ataque.
En términos generales, los mercenarios son útiles como compañeros de soporte o para distraer enemigos. Sus golpes no se equiparan a los tuyos o a los de otro jugador en un modo cooperativo y rara vez cambian el rumbo de una batalla. No obstante, ofrecen tal grado de personalización que podrás sincronizar ataques para causar un daño mayor.
Todo suma en la nueva expansión de Diablo IV
Si no te interesa la Espiritualista y prefieres continuar tu aventura con otro personaje, Vessel of Hatred también ofrece novedades. Las clases de Diablo IV tienen nuevas habilidades, aunque la parte más atractiva tiene que ver con las palabras rúnicas. Esta mecánica permite acceder a habilidades de otras clases a través una combinación de runas que se insertan en tus ítems.
Las palabras rúnicas se basan en una runa de ritual y una de invocación, las cuales puedes obtener a lo largo de tu aventura. La primera especifica el movimiento que debes ejecutar para activarla, mientras que la segunda agrega el bonificador. La combinación se aplica en objetos con dos engarces y existe un número limitado que puedes portar.
A diferencia de otros títulos, Diablo IV es una especie de LEGO conformado por bloques que otorgan beneficios al jugador. Las runas, los objetos legendarios, el uso de joyas o el Salón de los Espíritus suman y su gestión se vuelve necesaria para quienes exploran más allá de lo que ofrece la historia.
A medida que te adentras en la ciudad subterránea de Kurast o en el Alcázar Oscuro (la experiencia cooperativa), te darás cuenta de que es indispensable usar toda la ayuda posible.
¿Merece la pena Vessel of Hatred?
Tras decenas de horas en Vessel of Hatred puedo concluir que la nueva expansión merece la pena. La Espiritualista es lo suficientemente flexible como para iniciar de nuevo en Diablo IV y los agregados en jugabilidad son suficientes para justificar la compra. Existe una campaña sólida que si bien no tiene la extensión del juego original, ayuda a responder algunas preguntas que quedaron pendientes.
Reseñar Diablo IV es casi igual a hacerlo con un MMOG. Vessel of Hatred cambiará con las temporadas y no existe garantía de que Blizzard no hará un cambio que termine rompiendo el juego. La buena noticia es que el estudio aprendió de sus errores y ha entregado dos temporadas impecables, por lo que esperamos que sigan por esa línea.
Diablo IV Vessel of Hatred estará disponible a partir del 8 de octubre en PC, Mac, PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series X|S. Esta reseña está basada en la versión de Battle.net para PC.