Móviles de gama de entrada hay muchos, pero tal vez ninguno es tan diferente como el CMF Phone 1. Esto es, exactamente, lo que concluí tras probarlo durante unos días antes de su lanzamiento oficial. El primer smartphone de la marca barata de Nothing destaca por su diseño, y más concretamente, por su carcasa intercambiable y por la posibilidad de acoplar diferentes accesorios. Esto lo convierte, casi de manera automática, uno de los móviles económicos más interesantes del mercado. Pero, ¿tiene algo más que ofrecer este CMF Phone 1 aparte de un diseño atractivo?
Lo cierto es que a nivel interno, el CMF Phone 1 es como cualquier otro móvil de gama de entrada —aunque más tirando a gama media—. Nos encontramos con un procesador Dimensity 7300 de MediaTek, una pantalla Full HD+ de 6,7 pulgadas, batería de 5.000 mAh, una cámara de 50 megapixeles y un software muy pulido gracias a Nothing OS 2.6, la capa de personalización de la compañía. Todo ello, por 239 euros.
Es normal que por este precio y viendo que la compañía ha puesto mucho hincapié en el diseño, te preguntes en qué apartados ha recortado o si, en realidad, las especificaciones cumplen en el día a día. Pero vayamos por partes.
El diseño del CMF Phone 1
Lo cierto es que el diseño del CMF Phone 1 no tiene mucho misterio. Hablamos de un móvil construido en plástico con algunos componentes metálicos, como el marco. Es cómodo y ligero, con una carcasa posterior de este mismo material que llama la atención no por sus colores, sino porque es intercambiable.
Nothing lo ha puesto fácil; la trasera cuenta con una serie de tornillos a la vista que se pueden quitar con un pequeño destornillador que la compañía vende junto con las carcasas intercambiables. Porque sí, las carcasas se venden por separado, y cada una cuesta 35 euros; vienen con la herramienta para extraer los tornillos y la bandeja SIM, con tornillos de recambio y con una bandeja SIM del mismo color que la parte posterior.
Extraer los tornillos es algo realmente sencillo, aunque lo cierto es que a veces puede ser algo estresante al ser tan pequeños. Con un poco de paciencia, y siempre colocando el dispositivo en una superficie plana, la carcasa se cambia en menos de un minuto. Por cierto, aunque al extraer la carcasa podamos ver la batería, esta no es intercambiable; una pena teniendo en cuenta que el simple hecho de modificar la batería como podíamos hacerlo hace unos años alargaría considerablemente la vida útil del terminal.
En cualquier caso, la extracción de la misma por parte de un experto es mucho más sencilla que la de cualquier otro móvil, por lo que el reemplazo de este componente también debe ser más barato.
El CMF Phone 1, además, cuenta con un pequeño componente circular ubicado en la parte inferior que permite acoplar diferentes accesorios, como un soporte, una correa para sostener el móvil al cuello, o incluso una cartera. Estos accesorios tienen un precio de 25 euros, y son realmente sencillos de acoplar: tan solo basta con desenroscar la pestaña y enroscarlos. En el caso de la cartera, eso sí, es necesario extraer los tornillos de la trasera y colocar los que se incluyen con la misma.
Los accesorios son, sin duda, una forma de hacer que el móvil sea mucho más versátil. En mi opinión, el más útil es el soporte, que permite colocar el dispositivo en una superficie plana para ver películas o hacer videollamadas. Eso sí, sostener el móvil con los accesorios acoplados es demasiado incómodo; son de plástico y tienen un grosor considerable, lo que hace que la experiencia a la hora de escribir o de jugar no sea tan satisfactoria.
Pantalla, rendimiento y batería
Este atractivo diseño se complementa con una decente pantalla AMOLED de 6,67 pulgadas. Cuenta con una resolución Full HD+, así como con una tasa de refresco de 120 Hz. Es una pantalla brillante y muy nítida, aunque, a decir verdad, no destaca frente a cualquier otro smartphone de gama de entrada.
Lo que sí me ha sorprendido del CMF Phone 1, es su rendimiento. El terminal está equipado con un procesador MediaTek Dimensity 7300, SoC destinado a móviles de gama media —de hecho, hay smartphone cuyo precio es de 500 euros que incluyen este procesador—. Le acompañan, además, unas generosas 8 GB de memoria RAM. Este conjunto hace que el CMF Phone 1 se mueva con total fluidez y pueda ejecutar cualquier tipo de aplicación o proceso, incluso el más pesado.
La culpa de esta buen rendimiento la tiene, en parte, NothingOS, la interfaz de la compañía que, además de una buena fluidez y estabilidad en el sistema, cuenta con múltiples opciones de personalización, como la posibilidad de añadir widgets o iconos con un diseño diferente al que ofrece Android Stock, ajustes adicionales para mejorar la privacidad, etc.
Además, los 5.000 mAh de batería que incluye este CMF Phone 1 hacen un muy buen trabajo, y permiten disfrutar de una jornada con un uso intensivo —juegos, fotografías, vídeos— sin ningún problema.
Una cámara que pasa desapercibida
Te adelanto, desde ya, que el CMF Phone 1 no destaca por su apartado fotográfico. Ojo, esto no quiere decir que sea una cámara mala, sino que no es tan versátil como la de otros smartphones. Tiene sentido; en algo tenía que recortar la compañía, y no ha sido en el área del rendimiento, claramente; tampoco en diseño: sino —exacto— en la cámara.
El móvil barato de la marca de Nothing cuenta con un sensor primario de 50 megapíxeles, al que le acompaña otro sensor de profundidad de campo que puede resultar útil para las fotografías en modo retrato. Eso es todo: no hay cámara ultra gran angular, ni sensor macro: solo una cámara que, lo cierto, y en líneas generales, obtiene buenos resultados.
A plena luz del día, o incluso en interiores, cuando la iluminación es buena, se pueden conseguir fotos muy buenas, coloridas y con una buena interpretación de los detalles. El procesado hace un genial trabajo, y lo cierto es que cuando la luz cae, continúa ofreciendo una calidad más que decente. No es una cámara asombrosa, pero sí bastante resultona para un móvil que cuesta 200 euros.
Ahora bien, en mi opinión, el sensor de profundidad podría haberse sustituido por una cámara ultra gran angular que le diese un poco más de versatilidad al apartado fotográfico. El sensor adicional que incluye el CMF Phone 1 apenas sirve para algo, puesto a que el modo retrato es poco preciso.
¿Merece la pena el CMF Phone 1?
Me atrevería a decir que el CMF Phone 1 es uno de los móviles más redondos que existen actualmente. No se me ocurre otro gama de entrada mejor que este. Por 239 tenemos un diseño excepcional y diferente, incluso, al de otros smartphones de gama alta. También, una pantalla más que decente, un muy buen rendimiento, una batería excelente y un software que no deja indiferente a nadie.
El CMF Phone 1, eso sí, tiene pequeños puntos negativos. Uno de ellos es la falta de un chip NFC para pagos móviles. También he echado en falta algo más de versatilidad en el apartado fotográfico, tal vez un sensor ultra gran angular que de un poco más de juego, puesto a que, reitero, la cámara de profundidad apenas es útil. En cualquier caso, el CMF Phone 1 no es un móvil para los amantes de la fotografía —pese a que la cámara, en realidad, hace un muy buen trabajo—, sino para aquellos que buscan un dispositivo económico para el día a día con el que disfrutar, sobre todo, del consumo multimedia.