Julio es el mes de los campamentos de verano, pero no solo de los más pequeños. También el de los hombres más ricos y poderosas de Estados Unidos. Desde hace más de cien años, cada mes de verano se celebra en Monte Rio, una pequeña localidad en el norte de California, el campamento del Bohemian Grove, un encuentro extremadamente exclusivo lleno de misterio del que conocemos algunos detalles gracias a personas que han podido burlar los estrictos sistemas de seguridad.

De hecho, en el Bohemian Grove solo entra la élite estadounidense; nada de periodistas, ni mucho menos curiosos. Al campamento solo acceden miembros del gobierno, expresidentes, celebridades u otros personajes famosos, así como empresarios o algunos de los dueños de las compañías más poderosas del país norteamericano. Todos ellos se reúnen en una exclusiva finca de 1.000 hectáreas en pleno bosque de Sonoma.

No es ningún secreto que existe dicho campamento. De hecho, el Bohemian Grove forma parte del Bohemian Club, un club privado exclusivo para hombres que fue fundado en 1872. Dicha institución tiene, incluso, un portavoz, Sam Singer, quien ha declarado en alguna que otra ocasión que el campamento no es más que una especie de encuentro para que los miembros, así como sus invitados, disfruten de diferentes actividades culturales en plena naturaleza.

Sin embargo, desde la existencia de este campamento han surgido multitud de teorías conspirativas, así como filtraciones que revelan lo que en realidad se lleva a cabo entre las gigantescas secuoyas del condado de Sonoma.

Así inicio el campamento de Bohemian Grove

Bohemian Grove

Lo cierto es que los inicios del Bohemian Grove no son nada parecidos a lo que el campamento de verano actualmente significa para muchas personas. De hecho, el Bohemian Club, inicialmente, fue creado como un espacio para la expresión libre y el intercambio de ideas creativas entre periodistas y artistas. Estos buscaban financiación para sus proyectos, por lo que también comenzaron a aceptar a empresarios y personas con mucho poder en Estados Unidos.

Seis años después de su fundación, en 1878, los miembros decidieron instaurar un sitio físico donde poder reunirse para realizar diferentes actividades. Si bien estas han sido un misterio, Peter Phillips, un profesor de la Universidad de Sonoma especializado en sociología política, pudo entrevistar a diferentes miembros, quienes revelaron parte de lo que sucedía de puertas para adentro.

Phillips cuenta a BBC Mundo que al Bohemian Grove accedían personas de la talla de George Bush, Ronald Reagan, Dwight Eisenhower o escritores como Mark Twain o Jack London. En los años posteriores, la lista de miembros ascendió a más de 2.500 socios, con listas de espera que van desde los 10 hasta los 15 años. Todo aquel que quiera entrar, además, debe pagar una especie de cuota de entrada cuyo precio oscila los 25.000 dólares. De este pago están exentos aquellos artistas y cantantes que acceden al club y realizan actividades para entretener al resto de miembros.

El número de asistentes al campamento es mayor que la cantidad de socios del Bohemian Club, puesto a que estos pueden llevar a invitados. Se estima que cada julio en la finca se hospedan entre 2.000 y 3.000 personas. Estos, dentro del campamento, se denominan “bohos”, que proviene de “bohemio”. Es un término que se utiliza para referirse a aquellos que adoptan un estilo de vida artístico y poco convencional.

Un sitio en el que abundan las fiestas, los negocios y las teorías conspirativas

Bohemian Grove

En el campamento del Bohemian Grove está prohibido hacer negocios. Pero hacen negocios. Pocas ocasiones puedes encontrarte con un gobernador o un directivo de una multinacional. De hecho, Phillips asegura al citado medio que “en un día puedes conocer a 200 de los mayores donantes del Partido Republicano o a los directores de las 100 mayores compañías del país”, lo que hace de esta una oportunidad única para hablar de negocios, política o, incluso, discutir candidatos presidenciales.

Además de los negocios, en el Bohemian Grove también abundan las fiestas. Phillips afirma que los asistentes se pasan el día bebiendo y orinando entre los árboles del bosque, puesto a que en todo momento se sirven bebidas.

El campamento Bohemian Grove también ha sido fruto de polémica por los temas que se tratan dentro del mismo, y más concretamente porque, supuestamente, las ideas que se comparten entre los diferentes integrantes “llegan a convertirse en políticas reales”. Así lo asegura la activista Mary Moor, quien cada año protesta frente a la entrada de la finca donde se realizan las diferentes actividades.

Moor asegura que en 1981 comprobaron que varios miembros de la industria militar asistieron al campamento. Uno de los integrantes era el actual secretario de defensa del presidente Ronald Reagan, quien dio una charla durante su estancia. “Poco después, el gobierno de Reagan lanzó la Iniciativa de Defensa Estratégica que inició una carrera armamentística”, dice Moor al citado medio.

¿Rituales o simplemente una ceremonia de bienvenida?

Bohemian Grove

Sin embargo, lo que más llama la atención son los presuntos rituales que los miembros del Bohemian Grove realizan como parte de una ceremonia de bienvenida. La más importante es la denominada “Quema de las Preocupaciones” (“Cremation of Care”, en inglés).

En esta, que tiene lugar el primer fin de semana del campamento, los miembros se reúnen frente a un lago, mientras varias personas vestidas con togas portan una antorcha que utilizan para quemar una estatua cubierta por un manto junto a una figura de un búho de 12 metros de altura.

Este búho parece representar a un Moloch, un ser mitológico que está relacionado con los sacrificios humanos. El club, sin embargo, niega relación con esto, y aseguran que este “ritual” es simplemente para representar la liberación de preocupaciones y responsabilidades del mundo real.

El Bohemian Grove tiene su parte positiva

Hay, eso sí, una parte positiva. El campamento beneficia considerablemente a los prácticamente 1.000 ciudadanos de Monte Rio, la localidad en la que se encuentra la finca donde se celebra dicho evento. Les beneficia porque, principalmente, supone un incremento positivo en la economía local.

De hecho, la mayoría de ciudadanos de Monte Rio hablan muy bien del campamento. Aseguran que adquieren productos de sus tiendas, contratan a gente del pueblo e, incluso, donan dinero para construir instalaciones recreativas.

Otros, eso sí, tienen opiniones divididas. “Tengo dos opiniones diferentes sobre el Bohemian Grove. Por un lado, sé que han hecho muchas cosas buenas para la comunidad a través de su fundación. Pero al mismo tiempo soy consciente de que los que se reúnen allí son algunos de los políticos y empresarios más censurables del planeta”, comenta uno de los residentes a BBC Mundo.

Imágenes: Wikimedia.