Los AirPods son la última revolución silenciosa de Apple. Presentados en 2016, parecían imposibles. Pequeños, inalámbricos, sin conexión alguna entre el dispositivo y entre cada auricular. No terminábamos de creernos que tuviesen esa autonomía o que, siquiera, tuviesen buena calidad de sonido. Representan muchos de los principios de innovación de Apple: tecnología invisible, fácil de usar, sin fricción. Se han convertido en los auriculares más populares del mundo y cambiaron por completo el panorama. Pero no se habla demasiado de ellos. Aunque lo vemos todo el tiempo en la calle y ahora todas las marcas, todas, quieren tener un producto similar. Han pasado casi ocho años desde su lanzamiento original y, con los AirPods 4, la compañía quiere dar un salto cualitativo importante.
Los AirPods 4 estrenan nuevo diseño, son más pequeños aún, pero sobre todo incorporan una de las características más demandadas en años, y que estuvo reservada para los modelos de gama más alta: cancelación activa de ruido. Junto con eso, mantienen el soporte de Dolby Atmos —Apple lo llama sonido espacial—, pero ahora llegan en una caja que es 10 % más pequeña.
Un tamaño más pequeño no ha significado una reducción en su calidad de sonido. Todo lo contrario. Tras días utilizando día y noche los AirPods 4 me queda claro que estos son de los mejores auriculares que he probado en muchos años, y que tienen una relación calidad/precio descomunal.
Cancelación activa de ruido: ¿Cómo es esto posible?
Con los AirPods originales había un halo de magia: se emparejaban casi inmediatamente con el dispositivo y funcionaban siempre, aunque sea Bluetooth. Apple había conseguido, por medio del chip W1, asegurar que la conexión entre dispositivo y auriculares siempre funcione, salvo contadas excepciones. Con una calidad de sonido buena, sobre todo para ser la primera generación del dispositivo y para recibir sonido de forma inalámbrica.
Con los AirPods 2 mejoraron el algoritmo de sonido y con los AirPods 3 iteraron muy en positivo con aún más autonomía, mejor sonido y acceso a Dolby Atmos. Pero con los AirPods 4 vuelvo a tener esa sensación de magia gracias a la cancelación activa de ruido. ¿Cómo es posible que lo hayan conseguido, tomando en cuenta que se tratan de unos auriculares de diseño abierto, es decir, que no entran en el canal del oído?
Apple explica que lo han conseguido con la combinación del nuevo chip H2 y un nuevo sistema de micrófonos que escuchan todo el tiempo el sonido ambiente. El primero analiza lo que el segundo escucha y los auriculares emiten sonidos en una frecuencia que cancela lo que naturalmente escucharías. Todo es tan rápido y tan exacto que, sí, parece magia.
No esperes milagros, eso sí. Al ser diseño abierto, hay sonidos que inevitablemente se filtrarán a tus oídos. Pero en el día a día, escuchando música, en un podcast, o en una llamada, el trabajo de la cancelación activa de ruido supera cualquier expectativa que yo tenía de los AirPods 4 en ese aspecto.
Al igual que otros auriculares de Apple, los AirPods 4 ofrecen dos tipos de cancelación de ruido: adaptativo, que combina en tiempo real la cancelación de ruido con el sonido ambiente pero a un volumen menor, pero también reduciendo ciertos ruidos fuertes. Y la cancelación de ruido tradicional, donde se silencia absolutamente todo a tu alrededor.
También ofrece el modo transparencia o modo de sonido ambiente, que regula y aclara todo lo que tienes a tu alrededor, casi como si no tuvieses puestos los auriculares.
Calidad de sonido y sensaciones en la oreja
Los AirPods 4 mantienen muy buena calidad de sonido, pero superan a las generaciones anteriores. Aunque todos los AirPods, de todos los tipos y formas de la compañía, son coherentes y mantienen el “sonido Apple”. Es verdad que esta nueva generación de dispositivos tienen un sonido aún más balanceado. Notarás un algo más de presencia de los bajos y definitivamente he notado un poco más de separación más clara entre instrumentos. Algo más cercano a lo que tenemos con los AirPods Pro 2.
Para mí, el principal problema de los AirPods es la sensación en la oreja tras horas de uso. Y para muchas otras personas su forma resulta un problema porque simplemente no quedan lo suficientemente sujetos. Apple ha trabajado para mejorar en este aspecto, con un nuevo diseño que se estrena con los AirPods 4. El contorno del auricular es distinto y la compañía asegura que es más natural. Además, los tallos son más pequeños, haciendo que sean más livianos.
Creo que son más cómodos, pero a diferencia de los AirPods Pro, tras un par de horas de uso, necesito algo de descanso, sobre todo con mi oído izquierdo —sí, queridos, lectores, la forma de una oreja no es exactamente igual a la de la otra—.
Conveniencia
Otro de los puntos fuertes de los AirPods, en general, incluyendo los AirPods 4, es su conveniencia. Se transportan en una caja pequeña que ahora es aún más pequeña. Además, incorporan un altavoz para encontrarlos con la app de Buscar en caso de que los pierdas.
Mantiene las 30 horas totales de autonomía con 5 horas antes que tengas que meter los auriculares a la caja para recargarlos. O 4 horas si mantienes siempre encendida la cancelación activa de ruido.
También tiene nuevos gestos para contestar llamadas moviendo la cabeza de arriba a abajo, o rechazar la llamada moviendo de un lado a otro. Además, los AirPods 4 incorporan los algoritmos que se estrenaron con los AirPods Pro para aclarar la calidad de tu voz cuando estás en una llamada telefónica. De esa forma se eliminan la mayoría de ruido ambiente para que la persona al otro lado de la línea te escuche lo mejor posible.
Una revolución silenciosa
Los AirPods son una revolución silenciosa. Han cambiado muchas cosas, sin que se hable demasiado de ello. Los AirPods 4 vuelven a demostrar que Apple mantiene su capacidad de innovar, sin hacer ruido. Con unos auriculares de 200 euros que suenan muy bien, que son pequeños, con Dolby Atmos y sobre todo, con una cancelación activa de ruido que roza en lo inexplicable. Sobre todo considerando que se trata de unos auriculares de diseño abierto.