Hay dos cosas que Agatha, ¿quién si no? (Agatha All Along) plantea nada más comenzar. Por un lado, que su showrunner, Jac Schaeffer, desea explorar en el estilo de Bruja Escarlata y Visión de una forma menos llamativa, con el mismo centro enigmático con que la que jugó en la exitosa primera serie de la Fase cuatro de Marvel. Por otro, contar una historia que no acaba de mostrar su tono. En especial, porque la producción de Marvel — de capítulos cortos y directos al grano — está tan interesada en ser misteriosa, como en ser graciosa.
Lo cual podría funcionar, solo que en el caso de sus dos primeros episodios, es mucho más interesante lo enigmático — y por ende, oscuro — que la necesidad de hacer reír de la serie. Mucho más, cuando el argumento resuelve con rapidez, su primer gran enigma. ¿Cómo logró Agatha/Agnes (Kathryn Hahn) a recuperar su memoria? La trama se apresura a mostrar la resolución y lo siguiente, es una presentación, más o menos atropellada, de personajes. No obstante, lo preocupante es que la serie, que proviene del relato más experimental de Marvel, no tiene tanto que ofrecer como la historia de Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen). En lugar de eso, dedica tiempo en narrar lo que parece su tronco principal: el mundo de las brujas en Marvel.
Por poco explotado tanto en la pantalla grande como pequeña, la idea ofrece un territorio nuevo para la serie. En especial, porque hasta ahora, la única información acerca de las brujas y sus poderes, proviene de Wanda, Agatha y lo que le rodea. De modo que el argumento, puede inventar sobre la marcha — y lo hace — todo lo necesario para brindar profundidad a su argumento. Pero, quizás, el mayor problema sea que la ambición sobrepasa a los recursos y al guion, que intenta unir todos los hilos que anuncia, sin hacerlo de inmediato.
La bruja, su aprendiz y el camino de las brujas
Agatha, ¿quién si no? (Agatha All Along) comienza conectando — y realzando — sus vínculos con Bruja Escarlata y Visión. Por lo que explora en cómo Agnes — ahora Agatha — sufre el castigo por su intento de utilizar a Wanda para sus planes. De hecho, hay un pequeño guiño a la serie original, que sorprende y pone en perspectiva algunos de los puntos más interesantes que la producción tiene para ofrecer. Entre ellos, utilizar de nuevo la cultura pop y referencias a series televisivas para explorar en su mundo.
Lo cierto, es que el comienzo del argumento — oscuro y ligeramente retorcido — le brinda una interesante profundidad. En especial, porque conecta con la idea sobre el poder que nace del mal que parece central en la trama. La protagonista necesita recuperar sus poderes y hacerlo, a través de una prueba complicada que la llevará a enfrentar sus peores temores y la oscuridad que le espera en el camino.
La serie encuentra su mejor momento, cuando apunta en la dirección de ese trayecto en busca de poder. Agatha no es en absoluto un personaje perfecto — ni la serie lo plantea así — de modo que no busca redención. Tampoco es totalmente malvado. Esta vez, es la misma mujer que apenas se mostró en Bruja Escarlata y Visión, siendo juzgada por sus iguales. Lo que brinda a la actriz la capacidad de dar mayores matices a la personalidad de la peligrosa bruja.
Demasiadas explicaciones innecesarias
No obstante, la serie pierde pronto esa tensión en favor de cierto ángulo cómico. El adolescente (Joe Locke), es un compañero encantador para Agatha y el argumento de inmediato deja claro, que más allá del hechizo de sigilo que evita diga su nombre, hay mucho más oculto. Pero por lo pronto, no es mucho más una excusa para las bromas oscuras y algunos diálogos autoexplicativos. Particularmente, después de detallar que junto con Río (Aubrey Plaza), será la puerta de salida de Agatha de Westview. Lo que ocasiona que la producción dedique interés y energía en desarrollar el contexto. En realidad, mucho de los primeros episodios de Agatha, ¿quién si no? (Agatha All Along) se disuelven justamente, en tratar de establecer el mundo.
En específico, cuando queda claro que en adelante, será un recorrido en busca de otras brujas. Pero la serie no parece funcionar — o no hacerlo en toda su capacidad — sin toda una serie de explicaciones que el argumento se apresura a ofrecer. Si hasta ahora, el escenario mágico había sido complicado, misterioso y contado a cuenta gotas por el Universo Cinematográfico de Marvel, la serie siente la necesidad de sobre explicarse. Lo que, sin duda, afecta el ritmo y la forma de narrar su historia, que avanza con torpeza, entre bromas y juegos de palabras.
Un desafío mágico de alto nivel
Sin duda, lo mejor de Agatha, ¿quién si no? (Agatha All Along) es el anuncio de lo que vendrá. De una bruja de 400 años a una pista concreta sobre el futuro de la saga. Hay muchos elementos con los cuales jugar en un argumento que, a no tardar, se volverá más siniestro.
Sin duda, hay una buena oportunidad que la serie remonte un comienzo flojo en beneficio de más acción y varios misterios que ya prometen volverse la obsesión de los fanáticos. Pero otra vez, el Universo Cinematográfico de Marvel, depende mucho más de lo que vendrá que de lo que ofrece de inmediato. Un error que su nueva serie refleja de forma preocupante.
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Resta por ver si los fanáticos tendrán la paciencia de esperar lo que realmente el Camino de las Brujas depara a Agatha. Por lo pronto, Agatha, ¿quién si no? (Agatha All Along) es un buen prólogo para algo en apariencia mejor. Lo que podría restar efectividad a su propuesta en conjunto.